sábado, 27 de noviembre de 2021

Feliz año litúrgico nuevo

Feliz año litúrgico nuevo

Un vistazo a la costumbre de poner la corona de Adviento

Pues parece que se termina el año, al menos para los católicos. Y es que ya mismo reinician su calendario, conocido como “año (o calendario) litúrgico”, consultable en una publicación conocida como “epacta”. El momento de “año nuevo” es ya, pues comienza en las vísperas del domingo I de Adviento, es decir, ahora, desde las 3 de la tarde de este sábado, aprox. Desde la Misa vespertina de domingo que algunas parroquias celebran o han celebrado, el Adviento ha comenzado, el año nuevo católico se ha declarado y en muchos templos y casas se ha colocado y encendido la primera vela de la corona de Adviento.

Echemos un ojo al día de hoy en la epacta actual


Esta consiste en un círculo verde, conformado por ramas vegetales, dentro del cual se colocan 4 velas. Cada una de ellas simboliza un domingo de Adviento, un paso más cara la Navidad. Su encendido es progresivo, cada domingo se enciende una más, como progresivo debería ser la preparación del fiel católico. Esto implicaría una especial disposición al arrepentimiento del mal realizado, la apertura a la venida de Cristo glorioso y la participación litúrgica, que le propone un cuidado calendario de entrenamiento espiritual y físico (pues a la conversión espiritual se la acompaña de gesto concretos, como el tiempo dedicado en bien de los demás). El color y la altura de las velas es un tanto indiferente y no tienen un significado propio, aunque te encontrarás a más de uno que se ha dedicado a poner colores y simbolismos varios. De por sí, las velas deben manifestar la luz creciente (cada domingo es una lucecita más en la corona) y la progresión del tiempo y la disposición del fiel. También recuerdan las diferentes etapas de la historia de la salvación, hasta que Cristo se manifestó. A partir de ahí, ya es cosa de la elección personal o comunitaria.

Yo me he encontrado con coronas donde las cuatro velas son iguales, en cuanto a formas y color, otras donde los colores son variados y se eligieron por la belleza de los mismos e, incluso, coronas montadas sobre troncos adornados con ramas verdes y las velas dispuestas en cuatro alturas distintas, de modo que se viese la ascensión cara el momento culmen de la Navidad. El sr. cura de san Juan de Louredo, Cortegada, arciprestazgo de Ribadavia, me manda foto, a la que añado la bendición de la corona. (Graciñas, José Ramón!)

En el calendario litúrgico pastoral (la epacta) de este año, la palabra corona, referida al Adviento, solo aparece dos veces, diciendo lo mismo, en la I víspera del domingo I de Adviento: Si se ha instalado la Corona de Adviento en la iglesia se puede bendecir al comienzo de la misa (cf. Bendicional, nn. 1241-1242).

En el Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, de 2002, la expresión “corona de adviento” conoce tres apariciones: índice, título de párrafo y en el mismo párrafo. Se le dedica el n. 98 en su integridad. 

Dice así: 

98. La colocación de cuatro cirios sobre una corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos. La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).

En el Bendicional se dan dos posibilidades a la hora de bendecir la corona de Adviento: que se realice en una familia, en casa, o en el templo. En ambas, se contempla la doble situación: que dirija la oración y bendición un sacerdote o un laico. Es decir, los lugares de colocación que se contemplan son el hogar y la iglesia, siendo posible en los dos casos que la bendición la dirija un ordenado o un fiel laico. Es curioso que solo se hace referencia a un color: el verde, símbolo de esperanza; y a un número: los cuatro cirios, de los que nada se dice sobre su color, que son reflejo de la luz divina de Cristo y de las cuatro semanas de gradual preparación a la Navidad.

Dice la monición introductoria de la bendición en casa: Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo. Su color verde significa la vida y la esperanza. El encender, semana tras semana, los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para recibir la luz de la Navidad.

Complemento y cierro este sencillo escrito sobre la corona de Adviento con tres capturas de la revista 'Pastoralia', que publica la diócesis de Ourense y que puedes consultar en línea. Veamos tres recortes extraídos de tres números diferentes, de estos años más cercanos. Cada recorte va precedido del resumen y nombre del autor, tal como lo presenta el índice de cada revista. También con enlace al número completo.

1. Pastoralia, n. 67, 2021.

D. José Pérez Domínguez nos ayuda a adentrarnos en el origen y significado de los símbolos del tiempo de Adviento, Navidad y Epifanía: la corona de Adviento, el abeto o árbol de Navidad, el Belén y la estrella. Y, recordando su etapa de Vicario de Pastoral, nos ofrece indicaciones interesantes para utilizarlos en nuestras familias y comunidades cristianas parroquiales.

2. Pastoralia, n. 61, 2019.

 

 

 

Y concluye este número con la Carpeta de Pastoral, donde Dña. María Crespo Leiro, Delegada Episcopal de Familia y Vida, nos ofrece pistas para orar en familia en torno a la corona de Adviento y la mesa familiar de Navidad.


 

 

 

 

3. Pastoralia, n. 58, 2018.

 

 

D. José Pérez Domínguez resalta la importancia de la piedad popular en el Adviento, subrayando el acontecimiento extraordinario por el que el Hijo de Dios se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Haciendo un recorrido por los signos, personajes y gestos de este tiempo, nos ofrece propuestas para revitalizar la celebración y contribuir a su belleza.