domingo, 29 de enero de 2017

Pena de novena.

Aí atrás fixen votos de reescribir a novena a san Xoán bautista, patrón do meu pobo natal, Louredo. Imaxinaba os cambios posibles cas súas adicións que a podía actualizar e enriquecer. Imaxinaba ter nas miñas mans o libriño antigo e desgastadísimo que me dese as pautas peeeero non puido ser. Preguntado o noso administrador parroquial tróuxome a fotocopia da que xa tiña falado. O libriño sabe Deus se non se perdería ou, visto como estaba, se gardou xunto a outros tesouriños como misales antigos e devocionais.


As follas que agora teño á dereita, dispostas para ser transcritas, repasadas e actualizadas, son a fotocopia que hai anos fixo doña Nicasia para a novena, de maneira que o libriño da novena non se desfixera totalmente e mellorase a lectura. Eu tiña copia dixital delas. E pouco che cambiaron dende que as fixen. Máis gastadas, si, e cun par de añadidos.

Estas follas fotocopiadas e grapadas no seu marxe esquerdo teñen un escrito, imaxino que de don Manuel, o actual sacristán, co esquema de lectura da novena. Se non é a súa letra podería ser de doña Nicasia ou dunha tía miña. Tamén levan unha pequena nota manuscrita... ca miña letra. 

Recordo que cando me ocupei eu da novena fixen esa anotación para que calquera devoto puidese dirixir o rezo cas fotocopias ou o libro. E fóra deso non vexo maiores cambios, sacando o mentado desgaste. A fotocopia dá fe de follas xa consumidas polo tempo e o uso. Agora toca darlles un novo formato e preguntar se o libro está na sacristía.

Ca novena diante doume conta das posibilidades reais e os cambios que serían aceptables a nivel popular. Polo pronto, a sección en latín e os Gozos do finais son eliminables, por non ser nunca usados. O Benedictus tampouco nunca o recordo rezar durante a novena, así que fóra. 

O esquema de lectura ata o de agora, dende que o recomendei así, é:

1. Oración para tódolos días.
2. Reflexión do día.
3. (Segunda) oración para tódolos días.
4. Petición en silencio e rezo do Noso Pai, Ave María e Gloria (unha sola vez, que antes rezábanse máis, creo recordar)
5. Oración final.
6. Himno ó santo. 

Con esto diante só se me ocorre (e será a terceira vez que volvo sobre o asunto e fago cambios) facer unha versión da novena que se rece completa cando se faga sen Misa e que, no caso de ser con Misa, se seleccionarán as partes debidas. Por exemplo, o normal sería comezar a novena cunha sinxela e breve petición de perdón. E a adición dunhas peticións, como poden ser algunhas do Oficio. Cando se reza despois da Misa esas partes poden obviarse. Tamén Incluiría o himno que hai anos diseñaron uns afillados do entonces párroco, don Esteban.

No meu maxín queda rondando a idea dunha sinxela novena a semellanza desta que, co tempo, aumentaría ata quedar unha obriña xeitosa de devoción e liturxia, contendo a novena, parte do Oficio da solemnidade e algunha reflexión extraída do maxisterio eclesial. Para a novena diaria, con Misa, bastaría a novena sen máis pero para os enfermos, os devotos na súa casa, os veciños que despois marchan e a levan consigo, estaría xenial unha obra máis completa e longa, que incluíse recordos, parte da historia do santo e Louredo, quizás ilustrada con fotografías.

Por diante teño o traballo da transcripción. Despois, co resto de material que xa recollín sobre o precursor, elaboraría un complexo maior para polo a discreción do noso sacerdote.

Transcripción e buscar algunha fonte tipográfica que imite letras antigas pero ben lexibles... 

Como un par de detalles sobre o escrito, dicir que era de 26 páxinas, das cales non temos hoxe, nas fotocopias, a 2 e 3, pasando da portada á 4. 

lunes, 16 de enero de 2017

Un Ciprianillo.

Descienden las luces de este día y es la hora propicia, entre la agónica tarde y la próxima noche, para escribir sobre el arcano libro que terminé recién de leer. Una obra que estuvo en boca de muchos y quizás en las manos de algunos de ellos. Obra imposible de ofrecer en una versión segura pues bajo su nombre se redactaron varias y, por desgracia, a veces con notabilísimas diferencias. Ha querido el vulgo, o el diablo, ampliar o reducir este escrito, cambiarlo, copiarlo, remendarlo y expurgarlo hasta tal punto que unas veces es un voluminoso libro y otras no pasa de un folleto que bien podría pasar desapercibido en una estantería. La intelectualidad, dada a la curiosidad y el estudio, lo ha llegado a buscar en países distintos, lo ha anotado con rigor o ha escrito chanzas para que sus lectores se rían a la par.

He aquí al Ciprianillo, como se le conoce vulgarmente, al Gran Libro de San Cipriano o Los Tesoros del Hechicero, título ya más rimbombante y atrayente. La obra es recopilación de ensalmos y hechizos para fines diversos, preparados y mejunges en orden a una vida más placentera. Y no falta una lista de lugares donde se había de hallar un tesoro. A la par, retazos de vidas o historias sueltas donde san Cipriano y el demonio son protagonistas, por separado, de cuentecillos con sabor popular, de irónicas conclusiones y con un aire de astucia que recuerda aquello de ponerle una vela a Dios y otra al diablo. Como ejemplo, la historia de los alquimistas que consiguen oro mediante diábolicas artes y, so pena de perderlo al confesarse y salvar su alma de las garras del demonio, deciden guardar sus barras de preciado metal poniéndolas en forma de cruz y aspergiéndolas con agua bendita. O, por señalar otro dato, la recomendación de hacer pactos con el demonio, si se tercia, para conseguir riquezas terrenales y, antes que la muerte sobrevenga, conseguir del sacerdote católico absolución y bendición.

La presente edición, conservada sin cadenas y sin avisos  o catalogaciones de Libro Prohibido, se conserva en la Biblioteca Pública de Ourense y consiste en un batiburrillo de obritas con escasa o nula relación. Es de advertir que bajo el título de Ciprianillo, como antes menté, se han escrito obras distintas. La fama de diabólico y su conjunto de fórmulas máginas y lista de tesoros son conocidas pero las ediciones ofrecen material diverso. Este comienza con la transcripción de una historia sacada de un libro francés, cuyo protagonista viene de las galas tierras a las galaicas y, con ayuda del demonio, ha de procurarse tesoros, mujer y descendencia. 

Ojo a ciertas declaraciones del diablo, como las de alabar al invocador por dar limosna a los pobres o la gracia que le hace que su amigo humano se líe con cualquier perlasdusca y pretenda salir bien parado, aún teniéndole de su mano. Esta primera parte se denomina Grimorios de san Cipriano o Los prodigios del diablo. Historia verdadera que tuvo lugar en el reino de Galicia. Es toda una historia de magia, astucia humana y redención cristiana... redención astuta porque el demonio pierde una buena colección de almas y el arrepentido mantiene familia y riquezas obtenidas por las artes mágicas. Ah, nada de fórmulas se desvelan aquí, mas sí las argucias del demonio para conseguir nuestra desventura eterna.


Como me llamó la atención, me detengo un nada en un punto del peregrinar de este francés, Víctor Siderol, que, ¡válgame el Altísimo!, inicia camino a Galicia por recomendación diabólica, al saber que aquí tenemos tesoros sobre tesoros. En un primer momento, el espíritu inmundo le recomienda hacer el camino con los peregrinos que van a Santiago. ¡Flipe vuecencia! Bien, el caso es que, tras aciagas peripecias, el buen gabacho se echa al camino y pasa por terreno ourensano. Con gracia leo que para en tierras que bien se sitúan en torno a Xinzo de Limia, sin nombrar esta población. Son Ababides y Allariz. En la primera haría compra de una casa y fundaría linaje, en la segunda iría a cambiar dinero junto a un sacerdote "que cambiaba dinero antiguo". Cuando pase por allí, que el camino es sencillo pues es autovía, si uno no quieres seguir una general, he de fijarme qué altos se ven, porque se habla del monte de Ababides y una imagen me surge pero puede que equivocada. Hay un monte que se ve de maravilla desde la autovía a Madrid. Monte donde queda uno de los último "toros" de Osborne. ¿Será ese donde "De repente oyó en aquella soledad el eco de estas palabras: ¡Aurea Hispania! ¡ Hiscere Gallaecos Romano! En este momento tembló la montaña, abrió una enorme boca y dejó ver a Siderol un gran montón de monedas de oro romanas"?

El siguiente título es Los tesoros de Galicia. Extraído de un pergamino encontrado en el siglo XII. Consiste en 174 notas con lugares donde hay tesoros y su descripción. No hay invocaciones formuladas ni desencantos que puedan poner a la vista humana los tesoros anunciados. Cítase un Louredo pero vaya usted a saber si es mi pueblo natal o alguno de los existentes en otras latitudes galaicas. 

Una nueva colección, breve, de historias es la que aparece intitulada como Espíritus diabólicos que infestan las casas con estruendos y remedios para evitarlos. Y la sigue lo que es propiamente un grimorio con sus fórmulas, ensalmos y prácticas mágicas, Poderes ocultos del odio y del amor. Descubiertos por el mágico Jannes y practicados por san Cipriano. Preparados con hierbas y plantas, brebajes a base de despojos animales, todo unido con oraciones a Dios o los santos en un inexplicable pandemonium. Se continúa la obra con la breve Alquimia o arte de hacer oro, donde se lee que para hacer buen oro se precisan ciertos polvos: "Los polvos que los alquimistas empleaban para la fabricación del oro, polvos preparados por el demonio, vino a saberse que tenían dos metales: el argénteo vivo y el azogue y polvos de Resch. De esa mezcla, metida en una caldera, sale el mejor oro, siendo revuelto con la cuarta parte de cobre". Eso sí, amable lector, no corras a por ellos, pues la obrita termina así, tras desvelar el alquímico secreto: "Es sin embargo peligroso, por dos motivos: el primero es el pacto con el diablo, y el segundo el fraude, cuando ese oro es empleado en la fabricación de dinero, lo que sólo está permitido al Estado". Una nueva muestra de la fina ironía de jugar a dos bandas.

Y llegamos al final, con otra historia de magia, amor y delicuencia, dando a conocer el origen del nombre de cierta población y una de sus vecinas, Siempre Novia. Cuatro páginas para La hechicera de Evora o Historia de la Siempre Novia. Sacada de un manuscrito de Amador Patricio datada en Salvaterra el 23 de abril de 1614.

Para localizarlo, lleva en el lomo esta sinatura: D-A 23687.

domingo, 8 de enero de 2017

Novena al bautista.

Louredo, pueblo natal, profesa devoción a san Juan bautista y hace de ello fiesta y fiesta grande, aunque ya no sean las de hace años. Varias imágenes en los retablos de la iglesia hablan de su patronazgo, siendo una poderosa imagen permanente recuerdo en el retablo mayor y otra, móvil, centro de las atenciones y  cuidados durante la novena y la procesión. Esta imagen, sencilla, humilde como el santo que representa, pasea en la procesión, que yo recuerde, parte del pueblo y rodea la iglesia antes de volver a entrar. Se la adorna con una espiga y un racimo de uvas, a poder ser del pueblo.

Bien. Esta parte de la novena y fiesta suele estar bien cuidada. Hay un detalle que esta misma tarde comienzo a mejorar, con la anuencia del administrador parroquial, don José Ramón. Visto el estado físico de los textos usados para el rezo, hemos decidido, por fin, transcribirlos y confeccionar una nueva edición literaria de la novena. La idea es tomar lo que ya tenemos, pasarlo a limpio, ampliar la letra y ofrecerlo al pueblo como texto rector para la novena, ya personal ya en comunidad. No sé si hay más versiones pero de siempre me suena un librito ya muy usado y ajado, casi cayéndose a trozos, que era el usado por don Delmiro, d.e.p., el anterior párroco. Hace pocos años se fotocopió y yo tengo copia digitalizada de las hojas impresas (aunque me falta un par de ellas, quizás por estar en blanco y no aportar al conjunto). Desconozco si alguien tiene ese mismo libro en casa. Mis padres no, al menos.

El pueblo suele recordar sus novenas y hasta saberlas de memoria en mayor o menor parte. Hay ocasiones, como sucede en la de san Benito de Rabiño (Ourense), que una parte se recita todos juntos, repitiendo los fieles desde el banco lo que dice el cura desde el altar. Esa memoria hay que respetarla hasta donde la sana doctrina lo recomiende, ¿no? Por eso el texto digitalizado que tengo va a ser la base. Por el camino, ya se limarán expresiones, palabras, y se verá qué añadidos y extracciones efectuar. Por lo pronto, yo creo que las siguientes: 

- en general, mantener el texto usado desde siempre. Es de señalar que la novena no se rezaba tal cual por el libro sino que se seleccionaban partes. Ello nos da la oportunidad de deshacernos de los Gozos finales y cambiarlos por el himno que desde don Esteban, vecino y párroco que fue de Louredo, se canta, compuesto por dos ahijados del anteriormente mentado;

- en general, mantener el orden del librito. La cosa es tradicional y sencilla: empezar con las oraciones de todos los días y, a continuación, colocar la reflexión propia de cada día de la novena. El rezo siempre será tomando lo general y cambiando solo lo propio del día. Hay, que ya digo que no se sigue a rajatabla, una oración introductoria, viene lo propio del día, tres Pater Noster, Ave Maria y Goria, una segunda oración, el Cántico de Zacarías, una Antífona y la oración final. El cambio podría ser a: petición sencilla de perdón (Kyrie), himno litúrgico tomado de las Horas, oración del librillo, reflexión del mismo, peticiones con Pater Noster... y rezo final tomado del librillo antiguo. Hay que verlo sobre papel para echar cuenta de si es mucho o poco;

- el cántico de Zacarías, récese o no, siendo como es texto usado en la liturgia, debe aparecer. Su versión se sacaría de la moderna versión de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española;

- de hacer una obrita hay que atreverse a algo potente y rezable. Ya sé que no hay mucha costumbre en el rural a rezar las Horas. Esto, a veces, porque nadie se anima a comenzar. Bien sé yo que en algunos lugares había esto de funcionar, aún rezadas sin Misa. San Juan de Seoane, en Allariz, vivió esta experiencia hace pocos años y los resultados fueron magníficos, viniendo un grupito de feligreses a rezar y cantar las Horas, unas veces con Misa y otras sin ella. Poca diferencia numérica había, después de varios intentos, con las debidas explicaciones y catequesis, of course. Así que, después de la novena, se insertarán los textos litúrgicos de la solemnidad de tal santo, del que se celebra día natalicio en la tierra amén del celestial.
Está claro que el día de fiesta nadie las rezará en la iglesia... aaaaaaaaaaa menos que se rezasen antes de Misa y sin la presencia del pastor, iniciando ya el ámbito oracional y despejando el templo de animados comentaristas y deslenguados que se olvidan del Señor porque la conversa vecinal mola más. Poner los textos de la víspera supone más de lo mismo. Lo cual supone algunas dificultades al no estar la gente acostumbrada y hasta al alargar el tiempo de oración. La solución es una temporada de catequesis, algunos intentos anteriores y la dirección de ese rato, más o menos solemne, por parte de un laico. Bueno, lo piensas bien y tampoco es que alargue mucho, ¿no? Complétense las posibilidades positivas acerca de esta adición con que pueden ser textos preciosos para los que rezan desde casa y quieren aprovechar unos minutos más y significar la víspera y el día de la fiesta. O sea, que tendré en cuenta los textos de ambos momentos, I vísperas y laudes;

- siendo un libro de rezo, atrevámonos a algo mayor, rematarlo con historia y cultura. En lugar de iniciarlo con datos sobre el pueblo, la iglesia, las imágenes de los santos, la devoción popular, el personalizado himno... pongamos todo esto al final. Un repaso a la memoria de los fieles que bien podrían quedar con alguien que recoja sus dichos y los resuma de modo sencillo y bello. Así, cuantos lleven el nuevo libro de la novena lejos de Louredo, podrán saber más de este pueblo, del santo y sus representaciones artísticas, tanto físicas como musicales. Remarcaríamos el sentido devocional de la publicación añadiendo esta parte al final, dándole espacio pero colocándola tras lo importante, la oración a san Juan el precursor, patrono de Louredo, ea;

- el himno, el largo himno a san Juan, ha de ocupar sus páginas, con buena letra, para que la aprendar o recuerden los más jóvenes y los lejanos. Había antes otro himno y hasta parece que hay quien lo recuerda. Podría este recogerse en un apéndice y, ya que estamos, grabarlo en las voces de quienes lo recuerden o del propio coro parroquial. En este caso, grábense los dos, que es patrimonio inmaterial y único. ¿Sería posible pasar luego esta grabación a algún músico? Ah, un deseo frustrado que porto y cargo: ponerle a la letra su debida musicación. Por imaginar, ¿habría de conseguirse un acompañamiento musical en partitura aparte?;

- fotografías, alguna pero sin apabullar ni distraer de lo esencial: el rezo y conocimiento de san Juan bautista (hombre, mira, ahora que lo escribo recuerdo que hoy es el domingo del bautismo del Señor a sus manos). Fotos de la imágenes parroquiales y casi para. De querer más, habría que buscar en fotos personales actuales y antiguas hasta componer un álbum digital. Di tú que, con el tiempo, esta obrita se podría organizar cronológicamente, se añadirían textos con recuerdos acerca de las mismas fotos y podría venderse, destinando los cuartos ganados a algo relacionado con el santo patrono;

- la voz de la Iglesia podría dejarse oír en alguna sección que recoja fragmentos de predicaciones papales sobre san Juan y algunos números del Catecismo... vale, esto ya se va de las manos en cuanto a número de hojas pero ¿no sería deseable una obra potente y amplia? Una solución sería la de la doble edición: algo sencillo y de bolsillo para rezar y algo más voluminoso para tener en casa, que sea devocional pero añadiendo doctrinal, orar y formar(se).

Ale, ya he soltado ideas que me rondaban. Pero no puedo terminar sin un llamamiento a las autoridades archivísticas. Es lo siguiente. He buscado esta edición de la novena y no encuentro nada en la Red. Quizás haga falta una búsqueda más afinada o puede que la cosa sea visitar las sedes de archivos y bibliotecas para dar con un ejemplar físico. Quizás estemos ante un inédito ejemplar. Si fuese el caso, la fotocopia digitalizada (estoy haciendo averiguaciones para dar con un librillo, sea el usado en la prroquia u otro) que custodio, ¿vale la pena darla a conocer y pasarla en un correo a instituciones con biblioteca digital?

Dejo aquí la pregunta y algunas imágenes para que me puedan aconsejar. Y dejo esta primera entrada del año para releerla más adelante y ver qué se puede salvar de tanta palabra. Comienzo ya la transcripción del texto antiguo, paso a poner por escrito el himno que se canta en la fiesta, busco ya los textos litúrgicos y bíblicos necesarios, abro una carpeta donde parte del magisterio eclesial sobre el precursor del Mesías tenga cabida... y a ver qué pasa.


Feliz Navidad, que hoy termina. Comienza el ministerio público de Jesús y el Tiempo Ordinario. 

A punto de publicar, hallo tal versión, anterior a la lourediana y con un texto parecido, que no idéntico. Quede constancia de este pdf.