martes, 25 de junio de 2019

San Xoán de Louredo 2019

San Xoán de Louredo es una parroquia que pertenece al arciprestazgo de Ribadavia, en la diócesis de Ourense. Antes de la reforma diocesana del pasado 2013, y desde 1955, pertenecía al de Cortegada. Anteriormente, había formado parte de O Pao. Actualmente, es una parroquia de pleno derecho, aunque la gente aún recuerda cuando era aneja de san Benito de O Rabiño. De hecho, allí sigue el cementerio parroquial.


La fiesta patronal
Su fiesta central es la del 24 de junio, la del nacimiento de san Juan bautista. Este santo es una rareza, a nivel litúrgico, pues es el único con las fiestas de nacimiento y muerte. Fuera de él, y comprensiblemente, solo la Virgen María y Jesús tienen ese honor celebrativo. Bien, en Louredo se prepara ese día con nueve jornadas de rezos y Misa. La novena a san Juan, este año, comenzó el sábado 15, a las 20:30 h. Y el día grande fue el pasado lunes 24, a las 12:30 h, momento en que se inició la procesión con la imagen por parte del pueblo.

Precedidos por la cruz procesional, la feligresía arropa a su santo patrono con silencio, rezos y cantos. Saliendo del templo, baja por el barrio de A Torre, deteniéndose a un paso del cruceiro. Continuando por el Cazapedo, se detienen en la plaza homónina y allí se inciensa la imagen y se le vuelve a rezar. Pasando bajo O Outeiro y A Laxa, se regresa al Regueiro y se entra en Os Diestros. Una vuelta a la iglesia completa la procesión y se puja una anda a la entrada de la puerta mayor. A continuación, la Misa solemne. No faltó un breve repique de campanas al inicio de la breve peregrinación y la tirada de fuegos de artificio.

El canto fue dirigido por el coro parroquial y don José Ramón, el párroco, nos animó a seguir el ejemplo del santo patrono, actual hoy en día. También dio las gracias a cuantos participaron e hicieron de este día laboral una jornada de fiesta. Por motivos de salud, el sr. alcalde no pudo hacerse presente, como es su costumbre.


Tras las mesas de la Palabra y la Eucaristía vino la mesa de la familia. Algunos pudieron reunirse en Louredo e, incluso, invitar a su mesa a vecinos que estaban solos. Es tradición poner sobre el mantel de fiesta un plato de cordero y un postre de arroz con leche.


Otras costumbres de estos días
 
No solo es tradición acudir a la iglesia para rezar la novena y participar en Misa, sino que podemos reseñar un par de costumbres, una de las cuales sigue en curso. Se trata del adorno de la imagen del santo. La imagen procesional, la que pasa el año en una peana, a la izquierda del altar mayor, según se entra en la iglesia (donde está el viejo púlpito). La imagen del centro del altar no recibe una atención especial.

La vieja imagen, dicen que traída de la capilla del barrio de Louredo, se traslada al presbiterio, a la vista de todos, y se adorna con flores y exvotos. Dos son recurrentes y simbólicos: un "milleiro" y un racimo de uvas. Siempre que se puede se toman de los frutos de la tierra del pueblo, aunque no siempre sucede así. La planta verde del maíz y las uvas recogen el sentir y el trabajo de los labriegos louredeses, además que recuerdan a la Eucaristía. Representan a todos los vecinos y el modo de vida agrícola, predominante.

Otra costumbre, quizás perdida, es la de dejar un barreño de agua en algún lugar al aire libre durante la noche. No conozco que se usasen hierbas o ensalmos, sino solo que se dejaba al aire libre y se usaba, por la mañana, como agua purificadora que despejaba al despertarse.

También se resaltaba el día de fiesta con dos Misas. La primera, cara las 9 de la mañana, era la denominada "das cociñeiras", porque iban muchas madres que luego, quizás, no tenían tiempo para terminar la comida. Así que don Delmiro decía esta primera Misa y, luego, a mediodía, la Misa mayor, con acompañamiento musical, tirada de "foguetes" y procesión solemne.

Un viejo novenario desconocido

El libro original de la novena ya no se usa desda hace años, debido a su lamentable estado. La antigüedad y el uso terminaron desgastándolo, pero una profesora del pueblo, doña Nicasia, lo fotocopió hace años y se mantiene en uso tal fotocopia, con algunas anotaciones manuscritas. También se está realizando una copia, con letra grande, que permita popularizar la novena, según se reza hoy en día en Louredo. Y parte ya se ha publicado en red.

Y es que nadie tiene la novena en casa. Por ejemplo, hay copias en muchas casa de la de san Benito. Falta una edición popular de san Juan, el patrono. Supondría un bello regalo a la parroquia, además de un sistema sencillo de conservar la tradición y el patrimonio religioso-cultural del pueblo. Actualmente, solo se conoce una versión digitalizada en sudamérica de una novena casi idéntica.


El himno que se le canta a san Juan bautista es otro ejemplo de patrimonio que habría que fijar por escrito. Su letra fue compuesta por dos ahijados del difunto párroco don Esteban Viso. Anteriormente, se cantaban los Gozos a san Juan, seguramente los que se encuentran al final del libro de la novena. Ni estos ni aquel disponen de una partitura conocida. El caso es que el himno es una pieza única en el entorno.

 
Sin embargo, un descubrimiento reciente ha supuesto una sorpresa inesperada: existe un rezo (¿o canto?) a san José, con origen burgalés, cuyo inicio y fin es casi igual al del himno a san Juan de Louredo.

La fiesta olvidada

En Louredo solo se significa la fiesta del nacimiento del Precursor, que marca el inicio del verano, pero se suele pasar de la del martirio. No han faltado, ese día, Misas cantadas (el año pasado, 2018) e, incluso, alguna solemnidad precedida de novena (en tiempos del párroco don Delmiro, q.e.p.d.). Tampoco se sabe que la nueva edición del Misal posee una nueva Misa, dedicada precisamente al patrono de Louredo.

Nuevas posibilidades

El uso de las redes sociales y las posibilidades de acceso a un gran caudal de conocimientos desde la Red abren la posibilidad de una renovada vivencia de esta festividad. Ya no faltan fotos y vídeos con parte de la novena o la Misa. 


Hay emigrantes que piden noticias del pueblo y las investigaciones sobre la novena e himno a san Juan podrían depararnos nuevas sorpresas. Solo falta animarse a compartir e ir creando un archivo y unas relaciones que pongan a Louredo en el mapa de la devoción y la cultura. Tenemos motivos, historia y posibilidades de hacernos presentes. Y más en este año 2019, en que se recuerda especialmente al arquitecto Daniel Vázquez Gulías, quien tuvo participación en los planos de construcción de la actual iglesia parroquial.

miércoles, 12 de junio de 2019

Lemora, un cuento sobrenatural, dirigida por Richard Blackburn

Siguiendo las indicaciones de don Manu G., me introduje en el terreno pantanoso de una oscura película: 'Lemora, A Child's Tale of the Supernatural', de 1973, ópera prima y última de Richard Blackburn (que también actúa en ella). Un filme que se mueve entre dos escenarios separados, aunque igual de hostiles: una comunidad de baptistas de los años 30 y una agreste región poblada de monstruos. Las conexiones son un viejo autobús que sigue una línea de viaje a horas intempestivas, una niña que va en busca de su padre y la historia de los lugareños del pantano, antaño seres humanos y hoy despojos que se mueven por el simple placer de matar.


Nos trasladaremos a tenor de los acontecimientos, saliendo de una escena donde un marido cornudo mata a su esposa y su amante, pasando por la luz de una iglesia donde una bella niña, Lila Lee, canta como los ángeles y llegando a una oscura y cenagosa región donde solo prospera quien sigue los deseos de Lemora, la señora del lugar.

El marido asesino viste, y mata, según los cánones del cine de gángsters, con su sombrero y gabardina tan característicos. Resulta ser el padre de la niña cantora antes mentada. Como aquel huye, esta se queda sola, con el peso de ser huérfana y la mala reputación de su progenitor. ¿Abandonada? No. Pues un reverendo la acoge en su casa y la promueve a nivel público, presentándola como dechado de virtudes. Ante la comunidad religiosa habla en su favor, poniéndola en el centro del "altar", y halagándola hasta tal punto que despierta fervor por ella. Separa su vida y reputación de las de su padre y la eleva ante todos con su sermón. Cuando canta ya es el clímax de embelesamiento ante ella y su candidez. 

Todo parece ir normal hasta que recibe una carta que le advierte de que su padre vive, aunque muy enfermo. El gancho perfecto para atraerla cara una región boscosa y abandonada a su suerte. Ya la misma manera de poder llegar a ella es cochambrosa, en forma de un desvencijado autobús conducido por un quizás no muy cuerdo chófer. Ya es sospechoso que no monte nadie y no digamos las pintas y frases del conductor. Para más inri, durante la noche hay un ataque de criaturas de los pantanos. Menos mal que llega a una casa, aunque solo sea para ser escondida en una caseta, al cuidado de una anciana de mala apariencia. Cambiar para la casa y, por fin, conocer a la autora de la carta, supone una relativa mejora. Como espectador no sabes si sería mejor continuar aislada que vivir con la señora de la casa y sus insinuaciones, además de los niños que siempre ríen con malvada expresión. Ah, y sin ver al padre. 


¿Vale la pena salir a investigar, descubrir la verdad? Incluso, ¿se puede salir? Porque Lemora es delicada, pero firme: sin ella no llegará lejos; sin ella, sucumbirá a  los monstruos que les rodean. Y razón no le falta, porque esos seres, regresiones de seres humanos, pululan por las cercanías. Me hizo recordar una escena de la novela 'Drácula' de Bram Stocker, cuando el vampiro permite que Harcker salga del castillo y, en los exteriores, se oyen y ven a los sangrientos lobos que no hace tanto destrozaron a una mujer. Lemora, como Drácula, protege sus intereses y hasta seduce a la víctima, sin forzarla, con detenimiento. Lemora, también como Drácula, es una vampiresa.

El final del drama se reviste de caos y destrucción: lucha de monstruos en la región, lucha de voluntades entre la niña y su raptora, lucha del reverendo por encontrar a su ángel y por poseerlo carnalmente... La resolución será monstruosa o feliz, dependiendo de la perspectiva que adoptes. Un cambio se produce y ya no hay marcha atrás. La niña ha crecido y asume un nuevo papel protagonista que solo podemos intuir...

Diversas fuentes señalan que la versión comercializada tuvo dificultades para ser estrenada, señalando que lo haría en 1975 en Estados Unidos. Versión recortada, faltando unos 33 minutos para completar todo el material. La niña angelical se llama Lila Lee (Cheryl Smith) y después de esta película participó en otras donde la ropa sobraba. El reverendo Mueller es Richard Blackburn, director y guionista de la cinta, única película que dirigió. Y la actriz que encarna a Lemora, Lesley Gilb, solo es conocida por este papel.

Para un análisis mayor, lee este artículo y corre a la Abadía a por más.
Para un visionado en castellano, mira.

miércoles, 5 de junio de 2019

Kate Wong, "La mente neandertal" (resumen)

Me animo a una nueva aportación, en forma de resumen, de un artículo del monográfico 'Temas' número 92. Dedicado a "los cambios biológicos que han moldeado la especie humana", es una revista que nos pone al tanto de curiosos hallazgos actuales sobre nuestros ancestros, tanto directos como indirectos. 

África brilla con especial intensidad en este número, pues aporta nuevos fósiles que llevan a la reescritura de nuestro árbol genealógico. Y los autores nos advierten para que tengamos la atención y la curiosidad alertas. ¡Queda mucho terreno por excavar! No es solo que aparezcan nuevos lugares en los que buscar, sino que los métodos de estudio han mejorado y ampliado sus técnicas: desde la recuperación de ADN antiguo hasta el análisis de sarro dental. La datación conoce nuevos estilos, alguno tan curioso como la identificación de ceniza volcánica en capas donde hay fósiles (o están cerca). En síntesis, los viejos yacimientos pueden aportar nuevos datos gracias a la tecnología de vanguardia y los nuevos sacan a la luz fósiles que nunca habíamos visto.

Sin embargo, ¿qué buscar cuando nuestra meta es la mente de un homínido extinto? ¿Cómo acercarnos al pensar y sentir de un neandertal, por ejemplo? Es la aventura en la que nos embarca Kate Wong, con su artículo "La mente neandertal". Lo encuentras en la página 42 de la revista. Para poder sondear un elemento inmaterial vamos a fijarnos en huellas palpables que nos hablen de él o, al menos, nos aproximen a su misterio. Así, comenzamos con los cráneos fosilizados. La comparativa entre especies y entre individuos de la misma nos dará una primera visión de la evolución del cerebro. Generalmente, nos aporta la forma y la capacidad craneal. Algunos nos darán más. Si nos permite acceder al interior y han quedado marcas del cerebro podemos adivinar sus formas y detectar diferentes áreas. Ralph Holloway, paleoneurólogo de la Universidad de Columbia, es citado por Wong: "los moldes endocraneales constituyen la prueba más directa de la evolución del cerebro, pero resultan insuficientes a la hora de ofrecer una información sólida sobre el comportamiento". 

Pues sigamos el recorrido, a ver si hallamos nuevas formas de conocimiento. Cómo no, la genética es la siguiente en aparecer. Y es que, desde 2010, tenemos mapas del genoma neandertal, permitiéndonos compararlo con el nuestro. No es fácil, hay lagunas, y no podemos asegurar una equiparación completa entre la genética y las características de ambas especies. Wong trae a colación declaraciones de John Hawks, de la Universidad de Wisconsin-Madison, resumidas en que "el principal problema de averiguar el funcionamiento del cerebro neandertal a partir de los genes reside en el gran desconocimiento que hay sobre el efecto de los diferentes genes en el pensamiento de nuestra propia especie". 

Así que tenemos las pistas craneales y las genéticas, pero ambas son preliminares. ¿Podemos dar un paso más y descubrir una nueva senda que mejore o complemente las anteriores? Sí, y es la vía de los restos arqueológicos. Nuevos estudios y dataciones, unidas a recientes hallazgos, colocan a los neandertales alto en la escala del uso de herramientas y lenguaje simbólico. Se ha comprobado cómo hay diferentes grados de evolución dentro de la especie y que los neandertales vivieron en comunidades de pocos individuos, pero las pruebas son irrefutables: han aparecido restos de pigmento líquido (quizás usado en pinturas murales y corporales), garras de aves rapaces usadas como adorno personal, enterramientos, herramientas para el curtido de la piel animal y grabados en paredes, de tipo simbólico. La misma alimentación ofrecería algunos datos a mayores, pues nos muestra la adaptación de la dieta neandertal a los recursos de la zona (no sólo cazaron grandes animales), tanto animal como fauna cocinada. 

El final del artículo mira a una gran cuestión aún no resuelta: ¿por qué se extinguieron los neandertales? Hoy día sabemos que hubo cruces entre ellos y Homo sapiens, de tal forma que parte de los humanos actuales podríamos llevar una pequeña cantidad en nuestro genoma. El sencillo diagrama de la página 44 nos dice que "El análisis del ADN recuperable en diversos fósiles de neandertales indica que estos homínimos se híbridaron con Homo sapiens después de que este último abandonase África" y señala la presencia de ADN neandertal entre el 1,5 y el 2,1% en parte de la población mundial (en principio, la autóctona africana no tendría rastros). También advierte que no todos conservamos los mismos fragmentos y que se estima que, de recuperar todo el que poseemos, se juntaría entre el 35 y el 70% del genoma neandertal. 

¿Qué se los llevó por delante? ¿Un clima adverso, baja adaptación a las florecientes comunidades de Homo sapiens, falta de recursos, agotamiento genético? La duda queda en el aire, pero también un feliz alumbramiento: que sapiens y neandertal compartieron territorio durante un largo período y el trato llegó a ser carnal. Esto nos lleva a olvidar o, al menos, a matizar posturas anteriores, donde se señalaba al sapiens como causa de extinción de su pariente lejano y al neandertal como un individuo tosco.


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Todas las fotos son capturas de pantalla del artículo original, publicado en castellano: https://enelmonturiol.files.wordpress.com/2015/11/la-mente-neandertal.pdf 
(Mayo 2015, InvestigacionyCiencia.es)

Kate Wong dispone de cuenta en Twitter: https://twitter.com/katewong

martes, 4 de junio de 2019

Cruceiro de Os Liñares, Beariz

É unha alegría poder seguir participando ca aportación de novos cruceiros galegos, inda que só sexa pondo a foto e o lugar onde se atopan. Este, no pequeno pobo de Os Liñares, do concello de Beariz, é un deses descubrimentos.

Situado no fondo do pobo, pretiño das casas, pegado a un lavadoiro público, é o lugar onde a procesión da festa de santa Rita dá a volta. O día da festa, tal como podedes ler nesta crónica, a xente sae en procesión dende a capela ata o cruceiro. Aquí dá a volta e inicia a subida cara a capela. Alí darán unha volta en torno á igrexiña e esperarán na porta para pasar debaixo das andas da santa e para postular por elas e metela no templo. 

A súa localización podemos atopala pronto mediante este visor da Xunta, que nos dá as coordenadas: 560813.87 4706041.61 para el.

De onde ven o nome do pobo? Da tremenda influencia que tivo o liño e os seus traballos na zona. Así nos introduce a eles  Xesús Antonio Gulías Lamas nun artigo recollido na web do concello de Beariz.






Tamén a Rede nos ofrece esta información sobre Os Liñares e o seu cruceiro, inda que, respecto deste, hai algo curioso. No varal, a día de hoxe (as fotos son do pasado mes de maio) non se observa esa santa Rita que di o artigo. Máis parece un Santiago andarín, en acto de peregrinación. A falta doutra documentación, aquí vos comparto a captura de pantalla, a fonte e as dúas fotos que lle tirei ó santo barbudo do fuste.


Captura de pantalla onde se fala do cruceiro de Os Liñares
Fonte: http://www.webterrademontes.com/CruceirosBearizA.htm



Vamos ver o lugar onde se levanta, con algúns detalles de preto e algunha instantánea da procesión, que se corresponde ca da santa Rita 2019










A festa da santa Rita, con datos da capela de Os Liñares, AQUÍ.