Hace años no era raro ver que, sobre todo, algunas mujeres iban a Misa con un librito. Era un misal pqueño, con las oraciones básicas de la Misa, en latín y castellano. Sus dimensiones, realmente de bolsillo, y sus colores y tipografías, lo hacían especialmente bello, sencillo y manejable. Seguro que si rebuscas en casa de tus mayores te encuentras uno.
En algunas películas podemos ver un libro que se encuentran los fieles en la iglesia. Ya no lo llevan de casa sino que está allí. Suelen ser cantos o salmos que unen a la comunidad en una sola voz oracional. Alguno vi en casa de unos conocidos, traído de Alemania, de su parroquia. A diferencia del misalito antiguo, este ya era más sobrio, creo que sin ilustraciones y con una predominancia de letra en color negro, con escasos cambios tipográficos.
Viendo todo esto, no se me quita de las mientes un proyecto que podría ser útil en estos tiempos en que algunos van al templo y están como simples asistentes, sin sentirse parte de lo que allí sucede. O pensando en los que van y ya ni saben responder.
¿No podríamos imaginar un subsidio litúrgico en forma de librito o de cuidada publicación sencilla que ayudase a orar a esta gente? También para los mismos fieles. Tal libro tendría una introducción con escogidos números del Catecismo. Tenemos muchos documentos pero por su sencilles y brevedad, amén de porque tendría que conocerse más, me quedo con el Catecismo de la Iglesia Católica. Bien, habría que buscar una selección referida a la liturgia y cómo participar en ella, sobre los santos y la devoción debida, acerca de la oración y sus modos (que no todo es pedir). Pocas páginas pero selectas y con letra grandecita.
A continuación, las respuestas de Misa. Como es lo que todos damos por supuesto, lo mejor es incluirlas, que poco ocupan y no estarán de más. También, en letra roja, los gestos de cada parte. Gestualidad y palabra van unidas y se complementan durante la celebración.
De ahí pasaríamos a las devociones populares parroquiales. Yo tengo la idea de mirar a los altares y partir de las imágenes para colocar sobre papel las oraciones. En algún orden que se advirtiría antes, iríamos recorriendo las tallas parroquiales por sus historias y oraciones. Sí, una breve historia para poder saber a quien tenemos delante y rezamos. Además, un poco de cultura general nunca está de más. Cada imagen tendría su historia y su oración. Quizás, se podría añadir algún escrito del santo, por aquello de conocerle mejor. Y acudir al Oficio Divino y al Misa en busca de inspiración. Si no, se tiene la tentación de copiarlo todo de la Red... y en la Red no todo es buen pez.
Claramente, el espacio no se repartiría igualitariamente. El patrón y los santos celebrados con fiesta deben tener más líneas a su disposición, pudiendo salvaguardar aquí su novena, septenario o triduo, incluyendo algún canto si es desconocido fuera de la parroquia o propio suyo. La memoria, grabada en palabras, podría luego transmitirse, a pesar de la muerte de los mayores.
Ya, después, a gusto de la concurrencia. Una obrita así es manejable y transformable pero útil. Siempre estaría en la iglesia y podría pensarse en alguna edición para su venta, de forma que los ingresos pagasen la impresión. También si se añade alguna sección con fotos y la historia del lugar o de las imágenes. Lo principal es la devoción pero esta siempre la podemos contextualizar, sin hacer del libro un tratado de historia ni una colección de datos exhaustivos.
Las tres fotos son de la iglesia parroquial de san Juan de Louredo, diócesis de Ourense, arciprestazgo de Ribadavia. La primera es del retablo mayor, la segunda de nuestro patrón, san Juan bautista, la tercera da una idea del presbiterio. Digo idea porque tomé la foto en Semana Santa y hay imágenes fuera de su puesto cotidiano.
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