
Según leo en un cartel informativo, al pie de las escaleras que llevan al diestro y cementerio, el actual templo es del s. XVII y el Humilladoiro es del XVI. En el sitio del cartel solía ponerse un puesto de rosquillas el día de fiesta pero con el tráfico que hay, el lugar no es nada bueno. Lo que me recuerda que antes el tráfico se gestionaba. Esta vez no vi ni a un solo voluntario o miembro de las fuerzas policiales para organizar aquello un poco. Y bien que antes, con don Delmiro, estaban. Su labor es magnífica, pudiendo controlar un tanto el ir y venir de coches y así permitir que el fiel aparque más o menos cerca del santuario.

La gente acude desde primera hora y es recordado un grupo de Sande que siempre venía, yo al menos los recuerdo en la del verano. En Louredo recuerdan que las campanas de nuestra iglesia parroquial tocaba, aún de noche, y allá bajaban a la Misa matinal o a la fiesta, los esforzados louredeses que eran devotos del santo monje. También bajaba, para presidir la Misa, el párroco don Esteban Viso. Hoy ya no se tocan las campanas pero hay gente que sigue bajando durante la novena. Esta se reza en las dos Misas diarias: una de mañana y otra por la tarde. Tradición que ya tenía don Delmiro y mantiene don José Ramón. En tiempos de don Esteban imagino que solo habría una matinal.
San Benito fue matriz de san Juan de Louredo hasta mediados del pasado siglo. Más atrás, parece que también de Cortegada o que era su parroquia. Esto queda en el aire hasta que lo investigue y pueda decir algo con peso documental. Nuestro cementerio parroquial sigue en O Rabiño y alguna que otra vez hay algún vecino que ya celebra allí Misa de funeral y entierro. A la mayor parte nos sigue gustando lo que es de justicia: celebrarlo en Louredo y que nos lleven luego a la tierra bendecida de la antigua matriz. El cementerio rodea la iglesia y cubre casi todo el diestro. También hay un par de niveles que están a menor altura que la entrada a la iglesia.
Detrás de esta hay una zona arbolada que funciona como aparcamiento y, allí, el templete que protege uno de los pocos cruceiros cubiertos que conozco. Cruceiro que tiene las tradicionales dos caras con el Crucificado y la Madre en cada una. El templete es de piedra y en cada uno de sus lados, en lo alto, tiene unas inscripciones que semejan jaculatoria. Cierra sus vanos un enrejado digno, que cambia aquella vieja y destartalada faz que antes tenía de tapias de madera.


Y delante de su casa en Celanova han plantado una preciosa imagen de la Sagrada Familia, recuerdo de emigrantes. En su homilía dijo entre otras que...
San Benito ha sido un hombre realmente extraordinario. Es uno de los santos más populares, fundador de conventos, de monasterios y de comunidades cristianas.
Es un santo muy popular, querido. ¿Por qué? Porque además de ser un hombre que llevó la gente hacia Dios, Dios se valió de él para hacer muchos milagros a los seres humanos y llevarlos a la salvación. Y no solamente eso sino que hizo muchas comunidades de cristianos que, viendo su vida, tan cristiana, tan amigo de Dios, llevó a millones de gente a la salvación.
Todo santo, si lo tenemos delante, nos dice algo.
Lo importante es lo ordinario, la comida de cada día. Y para el cristiano lo importante no es venir el día de san Benito y yo escucho dos o tres Misas, rece todo lo que pueda y deba y después me olvide de Dios, de mi salvación. Esto no es válido. San Benito no quiere que vayas por ese camino.
Misa, encuentros y charlas con familia y conocidos, comida en casa y una tarde que, bien aprovechada, os la cuento en un vistazo. Y no saqué fotos de todos los sitios donde estuvimos pero algunos detalles dejé por escrito y fotografiado en @undelouredo.

Petroglifos en Valongo, pretiño do tanque de auga. Metidos entre a maleza, non lonxe do camiño forestal. Menos mal que meu irmán ten práctica e flogo abriu camiño cara eles.
Son coviñas e círculos concéntricos.



A capela de san Xes, en Francelos, con restos prerrománicos que disque estarían no interior do templo pero hoxe son parte da fachada e laterais.
Peto de ánimas na entrada do diestro da igrexa de San Paio, Ribadavia, sobre o Miño. Tamáronnos a atención algunhas lápidas ben antigas con símbolos como cruces en círculos e corazóns.
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