sábado, 31 de mayo de 2025

Resumen de "¿Fue Juan Bautista un esenio de Qumrán?", de Mariela Martínez

Es titular es atractivo y el tema se ha debatido más de una vez, pues por coincidencia temporal, esenios y Juan el Bautista compartieron territorio e historia, pero, claro, las diferencias son bien palpables. Por eso doy lectura al artículo "¿Fue Juan Bautista un esenio de Qumrán?", escrito por Mariela Martínez Higueras, presente en la revista Reseña Bíblica, n. 125, desde la página 22 a la 31.

La autora nos pone en contexto, pues no podemos pensar el judaísmo de entonces desde los parámetros actuales, sino descubrir el mundo del helenismo tardío (s. II a.C.) y la dominación romana (I a.C a I d.C.), con su dinamismo y diferentes propuestas religiosas. Un poco como pasa hoy con el cristianismo, que o podemos identificar con la Iglesia católica, pero que conoce un buen número de confesiones diferenciables.

A seguir, reseña el inicio de los esenios, aunque echamos de menos que no nos los defina un poco. estos serían una escisión de judíos piadosísimos que deciden dejar la ciudad, romper con cualquiera relacionado con el Templo de Jerusalén y retirarse al desierto para estudiar la Ley con ahínco, vivir en comunidad y considerarse un resto fiel a Dios, en contraposición al resto de judíos. Más de un siglo después de su aparición, también en el desierto, Juan iniciará su predicación escatológica, es decir, avisando del próximo fin de este mundo, con la llegada de Dios o el Mesías anunciado por los profetas. Aunque hijo de una familia sacerdotal, Juan rompe lazos y sale en solitario a bautizar. Lo aparentemente similar de su discurso, la misma separación del resto de los judíos y el uso de agua para purificar, junto con el desierto, parece unirle a los esenios, pero las diferencias con ellos serán notables, por lo que siempre quedará la duda de si perteneció en algún momento a la secta y luego les abandonó o si continúa la antigua tradición de otros profetas austeros.

¿Dónde podemos ver similitudes? La autora nos da tres temas: cierta cercanía geográfica, usar Is 40, 3 como referente y disponer de un ritual purificador con agua.

Respecto a la geografía no hay dudas en cuanto a los esenios, ya que los sitúa Plinio el Viejo y la arqueología en Khirbet Qumrán. Curiosamente, el Bautista no andaría lejos. Y es que la zona tiene fuertes connotaciones con el pasado, referido a los orígenes míticos del pueblo elegido de Israel, y hacia un futuro apocalíptico, siguiendo la estela del profeta Elías (2 Re 2, 4-11).

 

El texto de Is 40, 3 sirve a ambos para legitimar su actuación con palabras del Antiguo Testamento y hacerlo en un contexto donde las esperanzas mesiánicas alcanzaban cuotas de máxima aspiración. Sin embargo, los especialistas nos hacen en la cuenta de cierta desemejanza: los esenios usan un texto de la Biblia hebrea y los sinópticos la traducción griega, también llamada de los LXX, con un curioso matiz que se nos puede pasar por alto.


 

Finalmente, el tercer punto de posible unión es el uso de agua en rituales de purificación, cosa que no era desconocida fuera del judaísmo, pero que nos da para pensar en estos dos movimientos separados del común de la población judía. Para esenios y el Bautista, el agua se usa para purificar, siempre tras un cambio de vida, interior y exterior, pues el agua, por sí sola, solo limpia el cuerpo.

Tras los parecidos, Mariela Martínez pasa a las diferencias, mostrando estas a partir de la página 29. También son tres: Juan es un profeta solitario frente a los esenios, que son comunidad, los ritos de purificación divergen y, en tercer lugar, los mensajes salvíficos no se ofrecen por igual.

Juan es un profeta solitario, de ascética vida, al estilo de Elías, y no pide que le sigan, sino que ofrece su discurso y su peculiar bautismo. Esto no pasa en Qumrán, donde estrictas normas dibujan una comunidad que comparte bienes y comida.

El segundo punto son los rituales de purificación, donde el agua es un elemento central. Para Juan, usando agua viva, en movimiento, para los esenios, agua de lluvia contenida en depósitos y piscinas. Allí, lavándose ellos mismos, mientras que el Bautista es quien sumerge a los penitentes. Y un detalle final, que también separa a ambos investigados: Juan no establece más norma que el arrepentimiento y cambio de vida, bautizando personalmente, mientras que los esenios disponen de múltiples reglas y contemplan el baño ritual comunitario.

Finalmente, aunque detectemos mensajes salvíficos por ambos bandos, para Juan se da uno de amplio rango, abierto a todos, sin tiempos especiales de espera, mientras que en Qumrán hay reglas detalladas y escritos donde se afirma que solo los elegidos por Dios se salvarán y los elegidos formarán parte de la comunidad esenia. 


 

jueves, 29 de mayo de 2025

Resumen "Juan Bautista y sus orígenes: ¿realidad o ficción?", de Carmen Román

 Carmen Román Martínez, de la Facultad de Teología, Universidad de Loyola, es la encargada del primer artículo sobre Juan Bautista en el especial de la revista Reseña Bíblica, n. 125. Ejemplar que, de casualidad, conseguí en el nutrido kiosko ribadaviense O Glotón. Que tengan este título es un detallazo sobre todo lo que puedes encontrar allí. 


La autora desarrolla su exposición desde la página 12 a la 21, echando cuentas de los textos que hablan del origen del Bautista, observando la historia y la teología, binomio no siempre coincidente y del que hay que saber distinguir datos, para poder ver cómo se influyen o separan. 

La pregunta sobre la identidad del bautista no es sencilla, pero sí necesaria, ya que los cuatro evangelistas le han dado la importancia suficiente como para dedicarle parte de sus textos. Y, yendo, más allá, la autora nos comparte este cita de J. Becker: "No es fácil entender a Jesús sin el Bautista" (p. 13).

 A partir de la búsqueda del Jesús histórico, iniciada por Reimarus a finales del s. XVIII, se llega a la búsqueda de la historicidad de Juan. Será en el s. XX cuando se fijen muchos estudiosos en él. Como predicador, se le señala como apocalíptico y como profeta ascético, pero los investigadores comenzaron a profundizar más, tomando conciencia de lo único de su bautismo, de las relaciones de sus seguidores con los cristianos, de cómo encajaba Juan entre los diferentes movimientos religiosos judíos de la época... Como vemos, siempre nos encontramos hablando del Juan adulto. 

Y la autora se atreve a unos primeros esbozos, a partir de los evangelios y la obra de Flavio Josefo, que también le menciona: hacia el 28 d.C. aparece este profeta ascético, fácilmente identificable por realizar un bautismo que llamaba la atención. Se le van juntando judíos que le escuchan, lo cual hace levantar sospechas en Herodes Antipas, que le encarcela y ejecuta. A pesar de ello, parte de la población no le olvida y continuará con sus enseñanzas y memoria más allá de la muerte de su maestro.

¿Y qué pasa con las narraciones de infancia que presenta Lucas? Pues tenemos el problema de que hay varias opciones para encasillarlas en algunos géneros literarios, pero siempre más o menos lejos de la historicidad. Es decir, es un material de redacción tardía, que pone en paralelo las vidas de Jesús y Juan, para ponerlos en perspectiva, ya no solo entre ellos, sino también con las promesas del Antiguo Testamento. También hay que tener en cuenta que no hay más textos que refrenden o corrijan lo expuesto por Lucas.

De las páginas 15 a inicios de la 21, Carmen Román expone posibles hipótesis, junto a los autores, para contextualizar y comprender las líneas lucanas referidas a la anunciación, nacimiento y crecimiento de Juan. Se puede quedar uno con que su familia era de ascendencia sacerdotal, que su misión vital fue vista como la de profeta, al estilo de Elías, y que llama la atención que no aparezca referencia a su faceta más determinante y que le daría el sobrenombre por el que hoy le conocemos: bautizar, el Bautista.  El Juan adulto se sale de la línea seguida por su padre, convirtiéndose en un profeta de dura vida en zona desértica.


 

viernes, 16 de mayo de 2025

Paseo por Noia 13/05/2025

Tempo había que non iba por Noia e arredores e que gustazo poder coller o coche o martes e 13 deste maio de 2025. Na transición da chuvia a tempo nublado, puidemos chegar ca marea baixa, que deixa ver o fondo da ría como promesa dalgunha aparición lovecraftiana. As mesmas pedras da zona vella da vila te meten nun ambiente distinto e máis se che cadra chegar e que haxa pouca actividade.

Como non, unha visita obrigada é á praza do Tapal, onde desfrutamos do cruceiro, a preciosa fachada da igrexa de san Martiño, a casa do fondo, con restos resaltados polo encalado e, claro, a cruciña onde un canteiro deixou recordo da morte, alí mesmo, do director Claudio Guerín Hill. 



Descubrímola pretiño da reixa da porta maior, cara a esquerda, pintada de vermello. E chamoume a atención que houbera quen dicía que a cruz non era por el, senón por outro motivo, inda que non o souberan concretar. Por isto, dediquei un intre a navegar polas dixitalizacións de Galiciana, descubrindo que, ata que apareza o contrario, a cruz si está por Claudio Guerín e foi obra dun canteiro municipal, que decidiu deixar constancia persoal do feito luctuoso.


(Recorte de El pueblo gallego : rotativo de la mañana: Ano 52 Número 18795 - 1976 xullo 30)

Inda que a caída foi o motivo de morte, a prensa da época recolleu varias posibilidades á hora de explicar por que caeu e desde onde foi.

(El Progreso: Año LXVI Número 20383 - 1973 febrero 17)

 (El Progreso: Año LXVI Número 20383 - 1973 febrero 17)

 

(El Progreso: Año LXVI Número 20384 - 1973 febrero 18)

 

Como último detalle, este xa non comprobado, deixar constancia de que nos comentaron que no bar do fondo había expostas fotos da filmación de 'La campana del infierno'.

Ai, que boa publicidade para os cines na prensa daqueles anos, verdade?


(El diario de Pontevedra : periódico liberal: Año LIX Número 22248 - 1975 noviembre 7)

Claro que si, amiguiños, prestou volver por Noia e hai que regresar con máis calma.