jueves, 29 de mayo de 2025

Resumen "Juan Bautista y sus orígenes: ¿realidad o ficción?", de Carmen Román

 Carmen Román Martínez, de la Facultad de Teología, Universidad de Loyola, es la encargada del primer artículo sobre Juan Bautista en el especial de la revista Reseña Bíblica, n. 125. Ejemplar que, de casualidad, conseguí en el nutrido kiosko ribadaviense O Glotón. Que tengan este título es un detallazo sobre todo lo que puedes encontrar allí. 


La autora desarrolla su exposición desde la página 12 a la 21, echando cuentas de los textos que hablan del origen del Bautista, observando la historia y la teología, binomio no siempre coincidente y del que hay que saber distinguir datos, para poder ver cómo se influyen o separan. 

La pregunta sobre la identidad del bautista no es sencilla, pero sí necesaria, ya que los cuatro evangelistas le han dado la importancia suficiente como para dedicarle parte de sus textos. Y, yendo, más allá, la autora nos comparte este cita de J. Becker: "No es fácil entender a Jesús sin el Bautista" (p. 13).

 A partir de la búsqueda del Jesús histórico, iniciada por Reimarus a finales del s. XVIII, se llega a la búsqueda de la historicidad de Juan. Será en el s. XX cuando se fijen muchos estudiosos en él. Como predicador, se le señala como apocalíptico y como profeta ascético, pero los investigadores comenzaron a profundizar más, tomando conciencia de lo único de su bautismo, de las relaciones de sus seguidores con los cristianos, de cómo encajaba Juan entre los diferentes movimientos religiosos judíos de la época... Como vemos, siempre nos encontramos hablando del Juan adulto. 

Y la autora se atreve a unos primeros esbozos, a partir de los evangelios y la obra de Flavio Josefo, que también le menciona: hacia el 28 d.C. aparece este profeta ascético, fácilmente identificable por realizar un bautismo que llamaba la atención. Se le van juntando judíos que le escuchan, lo cual hace levantar sospechas en Herodes Antipas, que le encarcela y ejecuta. A pesar de ello, parte de la población no le olvida y continuará con sus enseñanzas y memoria más allá de la muerte de su maestro.

¿Y qué pasa con las narraciones de infancia que presenta Lucas? Pues tenemos el problema de que hay varias opciones para encasillarlas en algunos géneros literarios, pero siempre más o menos lejos de la historicidad. Es decir, es un material de redacción tardía, que pone en paralelo las vidas de Jesús y Juan, para ponerlos en perspectiva, ya no solo entre ellos, sino también con las promesas del Antiguo Testamento. También hay que tener en cuenta que no hay más textos que refrenden o corrijan lo expuesto por Lucas.

De las páginas 15 a inicios de la 21, Carmen Román expone posibles hipótesis, junto a los autores, para contextualizar y comprender las líneas lucanas referidas a la anunciación, nacimiento y crecimiento de Juan. Se puede quedar uno con que su familia era de ascendencia sacerdotal, que su misión vital fue vista como la de profeta, al estilo de Elías, y que llama la atención que no aparezca referencia a su faceta más determinante y que le daría el sobrenombre por el que hoy le conocemos: bautizar, el Bautista.  El Juan adulto se sale de la línea seguida por su padre, convirtiéndose en un profeta de dura vida en zona desértica.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario