lunes, 31 de octubre de 2016

Paso por el FKM. Octubre 2016.

Cuando Claustroman me recordó que este año volvía el FKM me alegré y buscamos día para poder asistir a este festival de cine. Este es el octavo año de andadura y las temáticas que acoge son las de fantasía, ciencia ficción y terror. El año pasado estuve un día y lo disfruté, especialmente porque aprendí más sobre el coruñés Amando de Ossorio y por conocer a la actriz Lone Fleming. Algunas proyecciones interesantes, buen trato por parte de los organizadores, dos conferencias donde se habló de Ossorio y del cine de terror francés,... Vamos, que había ganas de repetir y allá fuimos con Ami este año para saborear esta octava edición.

El tiempo y el viaje fueron de maravilla. Tener aparcamiento al lado mismo de la sede a la que acudimos nos ayudó mucho, ya que fuimos con el tiempo justo. El Forum Metropolitano está a un paso del puerto y alberga un par de salas de proyección, biblioteca y oficinas varias para el uso ciudadano. Aquí tienen lugar las mesas cuadradas que al mediodía se conforman. El aforo es limitado pero suele ser suficiente. El año pasado estuve en dos de ellas y siempre hubo espacio más que suficiente. Con esta idea fuimos al lugar pero nos encontramos con que hubo que esperar, ya que había sitios reservados. En ningún sitio vimos que hubiera que avisar para reservar y nos llamó negativamente la atención. 




Claustroman les envió un correo para preguntar y parte de la respuesta amable de la organización decía: Este año las mesas tuvieron mucha demanda y, a pesar de tener un buen aforo, este se cubrió. Intentaremos ver la posibilidad de ampliarlo de cara a próximas ediciones. También comentarte que todos los asistentes pueden contactar con la organización para gestionar su disfrute del festival mediante la reserva previa o el pago anticipado de entradas. Pues nada, a tenerlo en cuenta para la próxima y quizás vayamos con sitios reservados. Eso sí, alegría por ver cómo el festival se fortalece y las sedes van quedando pequeñas. Ánimo, pues.

Pero veníamos a escuchar y aprender, así que aguardamos a que estudiantes que debían venir a escuchar a sus profesores entraran y ocupasen todos los asientos. Algunos estudiantes de arte y los tres que llegamos desde Ourense estuvimos de pie en el pasillo, prestando atención a las palabras de tres profesores que nos acercaron a las versiones cinematográficas de parte de la obra de dos grandes de la ciencia ficción: Wells y Lem. Dos autores con dos visiones distintas de la vida y con obras distintas. Así, descubrimos el pensamiento socialista de H. G. Wells y el pesimismo existencial de Stalislaw Lem. Del primero se dijo que fue el autor vivo más versionado en el cine y que la obra por la que más le conocemos es la producida en su primer lustro de escritor. Del segundo se señaló su "reciente" pasamiento y cómo tuvo oportunidad de ver y criticar las dos versiones cinematográficas de Solaris. Los profesores Nogueira, Agrasar y Samaniego fueron desgranando algunos títulos y reseñas de obras de los autores citados que acabaron en el cine. Sobre todo, se citaron títulos que hacía referencia a versiones directas y no filmes donde se destacase alguna influencia. No solo escuchamos hablar de novelas y películas sino que también se comentaron las arquitecturas presentes en las películas, originales unas veces y otras basadas en ciudades reales. En este punto, me llamó la atención que se citase a Blade Runner (pronto de aniversario en cuanto a la cronología de la historia se refiere) y cómo su propuesta urbanita hoy no se adivina para nada en Los Ángeles pero sí en alguna capital oriental.


El día anterior se había proyectado un título de Lem, Ikarie XB-1 (1963), y este mismo día por la tarde se proyectaría uno de Wells, Things to come (1936). Claramente, no son los autores los directores sino los que tuviron la idea y la pusieron en negro sobre blanco. Luego, surgirían estos títulos para la gran pantalla, dirigidos por Jindrch Polák y William Cameron, respectivamente. Por desgracia, no pudimos ver ninguna, así que quedan pendientes de búsqueda y visionado.


Las que sí pudimos ver fueron las dos modernas del CGAI, a las 18 h. Un corto y un mediometraje del pasado año y de este: Aciaga suicidius interruptus (2015) y La valija de Benavidez (2016). Claustroman y un servidor coincidimos en que valieron la pena y nos gustaron por las tramas y el desarrollo. El primero es un corto que nos presentaron dos de los participantes en él. Básicamente, es la historia, brevísima, de una mujer a punto de suicidarse y de cómo, en un revuelto momento que mezcla pasión, dolor y alegría, acaban muertos aquellos más cercanos a ella, mientras sobrevive solitaria. El segundo nos introduce en un decadente mundillo artístico donde creatividad y locura se mueven muy cerca. ¿Qué le pasa a un mediocre artista que aparece en una residencia muy particular sin memoria de las últimas horas? 

 
Son los momentos siguientes a una fuerte discusión con su pareja. ¿Cuál es la obra que sorprenderá a los críticos y nuevos creadores que celebran una fiesta donde se expondrá una macabra escultura?



Y aquí nos tuvimos que ir, ya que teníamos toque de queda y hora de regreso a casa. Estuvo bien volver pero, deseando repetir, para la próxima iremos con todo lo reservable pillado.

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