
Lone, en una entrevista a la revista digital Coolart, dijo: Es una historia que he tardado tres años en escribir. Sabía cómo quería todo, decía “cámara aquí “, quería todo muy organizado. Lucas Hidalgo es uno de los productores y me preguntó si quería grabar en Úbeda y dije venga, adelante y entonces empecé a dibujar el storyboard. Estoy también detrás de producción y conseguí que Sandra Alberti, que es muy famosa por Escalofrío, hiciera de actriz. He cogido los planos más difíciles y he ido muchas veces a las localizaciones precisamente para saber dónde están los problemas. Creo que como soy vikinga, lo quiero tener todo perfecto. Aunque siempre hay problemas.
Este primer trabajo como directora nos mete en la vida de la joven Leonor (Laura de la Vega), cuya vida ha sido programada por su tía (Luisa Torregrosa) y se encuentra en la noche anterior a su boda. El enlace con un joven barón (Óscar Cabrera) está próximo y los intereses son monetarios, favorables a la tía. Pero el viento trae a la ventana de la novia una misteriosa carta. La rechaza, la quema y no hace sino abrir la puerta a la presencia tétrica de un hombre que la reconoce como suya. La boda, al día siguiente, se queda en el aire, cuando el sacerdote (Antonio Mayáns) está a punto de proclamarles marido y mujer. El sombrío hombre de la noche se hace presente y parece tomarla como esposa suya con una marca que, personalmente, siento cargada de un velado, pero potente, erotismo: pintarle de negro las uñas de las manos y los pies y su ombligo. Una marca que no desaparece y la convierte, a ojos de su marido, en maldita. A ojos del preocupado sacerdote la solución se halla en una pronta confesión. En silencio, la criada (una secundaria, pero entrañable, Paquita Moya) asiste y apoya a la desgraciada joven, a quien crio.

Particularmente, tales personajes me han producido una desazón mayor tras la película que durante la misma. Porque me di cuenta que ambos usan a la joven para sus intereses. No estamos ante la típica historia de amor que sobrevive al tiempo y el espacio, sino ante una posesión premeditada por parte de una pareja que, sin tener en cuenta el daño que hacen, se aprovechan de otros para dominarles y seguir disfrutando de la presencia física mutua. La sombra lo hace desde el poder, la fuerza, la dominación, mientras que la novia de blanco lo hace desde la serenidad, la seducción, las palabras bonitas vertidas en el oído de una bella joven atemorizada.
Por cierto, preciosas las localizaciones y el vestuario a cargo de Rosa de Madrid. En la versión digital de El Correo, Lone desveló: Nos dejaron un salón inmenso en el hotel Palacio Las Manillas, en Sabiote, Úbeda, que tuvimos que vaciar. Sandra Alberti,
que participa también como actriz, montó el dormitorio de la secuencia y
luego yo tuve que ver dónde podía colocar la cámara para que no se
viera ningún elemento contemporáneo.
La lista conocida de las localizaciones, todas en Jaén, es:
- Plazuela de los Oficios - Úbeda
- Hotel - Palacio "Las Manillas" - Sabiote
- Santuario "Virgen de Guadalupe" - Santa Eulalia
- Cementerio "San José" - Linares
La sentida banda sonora corre de la batuta de Antonio J. Asiáin. El equipo técnico al completo lo comparte mundo007.com.
Lone Fleming, la directora, ha liberado su corto en Youtube.
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