jueves, 16 de enero de 2020

Posesión de difuntos en 'La endemoniada' y 'La virgen descalza'

Diversos eventos, sencillos, pero significativos, me han traído a una consulta rápida de las obras del padre Fortea. Es un exorcista español, con tarea pastoral parroquial, que se atreve con cuestiones fronterizas o no muy de moda a nivel popular, relacionadas con la demonología: su relación con el Derecho, tanto canónico como civil, la doctrina de otras confesiones cristianas, el exorcismo en otras culturas y, la que me interesa, el tema de las posesiones por parte de un difunto. 


Esto se debe a las aportaciones de diversos fans que, estas semanas, han recordado la película 'La endemoniada' (dirigida por Amando de Ossorio, 1975), al cumpleaños de la protagonista femenina, Marian Salgado y a la aparición del corto dirigido por Lone Fleming, 'La virgen descalza' (2019). La posesión por parte de una alma de un difunto es un vínculo entre las dos películas mentadas. Ahora, me pregunto yo, ¿hay datos de tales posesiones? Y la práctica exorcística dentro de la Iglesia Católica nos viene a responder afirmativamente. El padre José Antonio Fortea es el único al que he podido consultar. Su obra principal es 'Tratado de las almas perdidas' (versión digital de 2015) y resulta ser un complemento contemporáneo a su tesis doctoral 'La tiniebla en el exorcismo' (versión digital de 2015). 


Acudo a las películas y veo que la niña interpretada por Marian sufre una posesión por parte del malvado espíritu de la gitana Madre Gautère. La niña cae en su poder desde que acepta el curioso regalo de una joven gitana: un ídolo que le dará cosas, a cambio de cuidarlo en secreto. La posesión lleva a una transformación, incluso física, de la pequeña, y solo se resuelve a base de imprecaciones por parte de un sacerdote católico. En el caso del corto de Lone, la joven interpretada por Laura de la Vega sufre las visitas de una mujer madura, engalanada de blanco, que la irá seduciendo para que consienta ser una sola alma con ella y, así, poderse entregar a su amante fallecido. Hay que decir que la mujer también ha muerto y se le aparece. Una vez que, agonizante, la joven viva se deja hacer en brazos de la muerta, aquella sufre una metamorfosis física. Nosotros solo vemos que sus heridos pies recuperan la salud y tersura de una piel perfecta. Debido a que no hay manifestaciones anteriores ni se ha producido la posesión cuando él entra en escena, el sacerdote de la historia solo le recomienda que le visite y se confiese. 


El padre Fortea solo se atreve a lanzar una hipótesis tras esperar varios años de práctica exorcística, estudio y comentarios con otros sacerdotes: algunas almas han llegado a poseer humanos. Almas perdidas que no han llegado a Dios, pero tampoco han renegado de Él. También podrían tratarse de condenados (viven en estado de Infierno y otro exorcista, el difunto padre Amorth, dijo haberse encontrado con alguno), aunque estos no rezarían ni se arrepentirían, tal como hacen las almas perdidas, ya que su estado es definitivamente de perdición. No se las echa con exorcismos, únicamente válidos contra los demonios, sino con oraciones. Su comportamiento no es iracundo, como en una posesión tipo una vez que el demonio se manifiesta, sino que semeja aquejado de tristeza. Suelen contar que murieron en pecado, pero sin renegar de Dios, que hay otras muchas como ellas y que solo buscan la Luz. Cuando abandonan al poseso lo hacen de una forma suave, generalmente en forma de un hondo suspiro. Si el exorcista lo pide, obedecen prontas y alaban a Dios, pronuncian el nombre de María y rezan sin problema. La propuesta del sacerdote es que son almas relegadas al Purgatorio, que su estado es el de aquellos pecadores que se han quedado apegados a nuestro mundo debido a su indecisión definitiva en el momento de la muerte o que han vivido como pecadores, pero no han llegado a renunciar a Dios por completo. Son "almas perdidas" que se purifican y cuyo destino final se forjará el día del Juicio Final. Agradecen y piden oraciones por ellas. 
- Aparta eso. Lucha solo, cobarde. No te ampares en eso. Atrévete a dar la cara.
- Vade retro, Satanás. Vuelve al infierno del que has salido.
Así, pues, aunque sean un alma condenada (la pérfida Madre Gautère) o un alma que vaga en busca de su (malvado... al menos pinta y hacer lo tiene de malo chungo) amante, quizás gracias a negras artes mágicas, la práctica del exorcismo sobre cualquier de las dos jóvenes solo tendría un cierto efecto, sin llegar a ser la solución. Ambos casos entran en la práctica anterior al nuevo Ritual de Exorcismos, presentado en enero del año 1999, así que nos podemos hacer una idea de que habría muchas imprecaciones al demonio con voz firme, pero pocas manifestaciones y sí mucha confusión. Al final, solo valdrían las denominadas oraciones deprecativas, que se dirigen a Dios en nombre y favor de alguien, las posesas en estos casos. Las imprecativas no tendrían demasiado valor, pues son órdenes al demonio. Esto, como podemos imaginar, haciendo un poco de teología ficción. Y es que, para empezar, ya tenemos que pensar que ambas son almas del Infierno, pecadoras que han renegado de Dios y se han entregado al demonio y la magia negra. Lo que no deberíamos es esperar colaboración por parte de ninguna de las dos, pues buscaban la posesión, el control de un cuerpo humano que satisfaga sus aspiraciones.

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