En la librería Betel tenemos los últimos libros de
este sacerdote exorcista que constituye todo un referente actual y es
fuente de publicaciones cotidianas en los presentes tiempos. Sin ir más
lejos y centrándonos en el mundo de la posesión y la liberación,
presentamos estos dos títulos, publicados en el año 2013 y 2014,
respectivamente. Son "El signo del exorcista. Mis últimas batallas
contra Satanás" y "El Diablo", ambas publicadas por la editorial San Pablo. Y no solo las semeja el autor y la temática sino también el formato, contando la primera obra 192 páginas y 135 la segunda.
Sin
embargo, no son para nada repetición. Ambas presentan doctrina
eclesial, experiencia personal y reflexiones, sí, pero presentadas de
distinta manera y sin mucha repetición. Son dos libros de los que
podemos hablar conjuntamente que no son iguales y que pueden
complementarse, no son repetición uno del otro.
Dos libros, pues,
que se complementan y nos muestran la belleza y luz de la fe. Pues la
lucha contra la tiniebla es trasunto de la una confianza que libera e
impele a lo más alto y mejor de cada uno, recibido del Padre por amor.
Continuamente, el padre Amorth nos recuerda que el Diablo es una
criatura, no un dios, que su estado es fruto de la libre elección, que
tal decisión arrastró a muchos ángeles a convertirse en demonios y
formar así el infierno, que su acción ordinaria es la tentación para
alejarnos de Dios y que las acciones extraordinarias son varias pero
acaban desapareciendo ante el Nombre de Cristo. La acción extraordinaria
de mayor calado es la posesión, que hay que identificar y distinguir de
la enfermedad. La Iglesia responde con el exorcismo, el ayuno, la
oración, la fe, el trabajo del ministro y del poseso, acompañado de la
ayuda de colaboradores y de la oración de los fieles.
Al final, y es de destacar, en los libros del anciano padre Amorth leemos la victoria sencilla del bien, de la vida, de la fe. La salvación, en definitiva, que Dios nos regala por Cristo y que nosotros, con la ayuda del Espíritu, conseguimos con el bien que hacemos.
Al final, y es de destacar, en los libros del anciano padre Amorth leemos la victoria sencilla del bien, de la vida, de la fe. La salvación, en definitiva, que Dios nos regala por Cristo y que nosotros, con la ayuda del Espíritu, conseguimos con el bien que hacemos.
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