Sobre Judas
Un vistazo a los datos históricos y su investigación actual
El 17 de febrero comenzaba el Tiempo de Cuaresma para la Iglesia Católica. Tras un martes de Carnaval (Entroido, le decimos por estos lares) amanecido lluvioso, con preciosa tarde soleada, el Miércoles de Ceniza se presentó al revés, con tarde gris y buena cantidad de lluvia. El calendario litúrgico marcaba el inicio de un Tiempo penitencial cuyas prácticas y meditaciones deberían preparar al fiel para la alegría desbordante de la Pascua. Curiosamente, el paso de la Cuaresma suele revestirse de mayor potencia que la festividad de la Pascua, situación que sigue sin equilibrarse y que se traduce en más celebraciones y símbolos visibles ahora que después.
El caso es que los textos litúrgicos van a ir conduciendo al fiel cara el Triduo Santo, con la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección como colofón. Un nombre que saldrá en varias ocasiones es el de Judas Iscariote, al que seguramente se le colocarán diversos apelativos despectivos. Eso, si se le menta y dedica un tiempo. Un discípulo que conoce muchas representaciones en el arte y que carga con la mancha de la avaricia y la traición. Él, uno de los íntimos, será quien entregue al Maestro a las autoridades e inicie el camino del Calvario y la muerte.
Hace ya 14 años, National Geographic daba a conocer un escrito que, decían, cambiaría las tornas, desestabilizaría las ideas sobre Judas y, de paso, una vez más, daría un toque de gracia a la Iglesia Católica. Se presentaba el Evangelio de Judas, un viejo escrito ya reseñado en alguna fuente cristiana, donde el protagonista recibía un encargo de parte de Jesús: que lo entregase. El malvado se convertía en el héroe. Sin embargo, han pasado los años y no veo que a Judas Iscariote lo hayan rehabilitado ni que la gente se haya leído lo más mínimo sobre ese escrito. El caso es que este año se presenta una oportunidad de rehacer nuestras ideas acerca de Judas. Yo todavía no la he visto, pero hay una serie que pone su nombre de nuevo en la palestra: '30 monedas', dirigida por Álex de la Iglesia, estrenada en 2020.
Dejando de lado lo que ella aporte, yo tomo el camino de los investigadores expertos y os presento una síntesis de varios artículos que tratan al Iscariote, de modo que tengamos varias fuentes fiables a las que agarrarnos y varios datos seguros acerca de la persona y obra de uno de los Doce, al que Jesús confió su intimidad.
Criterios de historicidad aplicados a Judas
Siempre que se hable de una persona de la antigüedad y se le aplique la fórmula "(fulanito) histórico" se trata de una reconstrucción basada en datos que los investigadores aceptan como históricos. Es decir, se consultan las fuentes, se contrastan y purifican, se entienden en un contexto amplio (mediante estudios arqueológicos, sociológicos...) y se definen como históricamente fiables. El Judas histórico es una especie de retrato robot de Judas, de quien no tenemos muchos datos, pero sí conocemos múltiples imágenes legadas en los textos que le dedicaron. Conocemos cómo fue "tratado" a lo largo de la historia y cómo se plasmó su figura en variados formatos (literarios y artísticos). Este Judas histórico, como pasa con el Jesús histórico, puede sufrir cambios, dependiendo de sensibilidades y nuevas investigaciones. Así que veremos, de modo sintético, como los historiadores pueden afirmar que la existencia de Judas Iscariote es históricamente plausible. Seguimos las explicaciones de Antonio Piñero.
1. Criterio de múltiple atestiguación: podrían contarse tres fuentes, la que usa Marcos (retomada y matizada en Lucas y Mateo), la de Juan y la de Hechos.
2. Criterio de dificultad: denominado criterio de incomodidad por Esther M. Pericás. Se refiere a datos sobre el pasado, personal o de la comunidad, que perjudican la propia imagen, son mala publicidad, pero que no pueden ocultarse, porque son conocidos por todos o han sido transmitidos por gente fiable. Que uno de los íntimos haya sido el que entrega al maestro no es plato de gusto. Y que Jesús no la haya visto venir no deja su omnisciencia en buen lugar, tampoco.
3. Elaboración del personaje: si Judas hubiera sido una invención se lo hubiera perfilado mucho mejor y desde el principio. Sin embargo, la investigación arroja unos datos muy básicos al inicio y la evolución de varias líneas paralelas que se abren y enriquecen con el paso del tiempo y los intereses de diferentes comunidades.
Dos datos y múltiples interpretaciones
Realizar una biografía del Iscariote es imposible, comenzando ya por su misma denominación: ¿qué significa Iscariote? Porque las respuestas son variadas y ninguna definitiva. Lo mismo sucede con las motivaciones de la entrega: ¿le mueve el dinero, siguiendo un maestro pobre que camina rodeado de pobres? Y, asimismo, en la noche de la historia queda su final: ¿suicidio o caída mortal? Los rasgos básicos y que pueden fundamentarse en los textos son muy escasos y se pueden reducir a dos: que pertenecía a los íntimos de Jesús y que fue quien el entregó a las autoridades. A partir de aquí comienzan otra serie de datos, muchos de los cuales van a responder más a la interpretación que se dio a su figura que a una relación de detalles conocidos directamente. Claro, también aparecen aportaciones y matices, pero la base en bruto es bien escuálida. Y lo remarcan en sus escritos, especialistas como Esther M. Pericás, Antonio Piñero y John P. Meier.
Judas aparece como el último apóstol en 3 de las 4 listas conocidas (sinópticos y Hechos), lo cual habla tanto a favor de su existencia, como de la mala consideración en que se le tenía a la hora de transmitirse las listas. Es decir, que una persona íntima de Jesús haya sido quien le entrega es un dato incómodo para el resto de discípulos. Sin embargo, se fijó y pasó de la tradición (seguramente, no fue única, sino que se trató de varias tradiciones paralelas) oral a los evangelios escritos. "Si ese dato se remontara a los primeros años de existencia de la Iglesia pospascual, su autenticidad estaría garantizada por el criterio de incomodidad, uno de criterios de historicidad más exigentes", comenta Esther M.
¿Y en cuanto a los motivos de la entrega? Porque el verbo usado, incluso una denominación evangélica para distinguir a este Judas, es "entregar", "el que lo entregó". Un verbo que significa dejar a alguien en manos de otro, desentendiéndose de su suerte. Para Marcos no hay motivos explícitos, aunque se dice que los sumos sacerdotes le ofrecen dinero si les entrega a Jesús. En Mateo observamos un giro: Judas es quien va a ellos y les pide dinero. Lucas va a ofrecer una versión diferente: Judas está bajo la influencia del demonio y se ofrece a los sacerdotes, que le ofrecen, a continuación, dinero si cumple. Para Juan está claro que la motivación pecuniaria es central, junto a la influencia demoníaca, pues ya le pone desde el inicio como administrador de los bienes del grupo y avaro ladrón, además de que Satanás entra en él.
El “apellido” Iscariote ofrece diferentes
interpretaciones. Una de las más comentadas es que estaríamos ante una
denominación geográfica, ante la pertenencia a un pueblo concreto. Es
decir, Iscariote significaría “hombre de, nacido en,
Qeriot, Kariot o Skariot”. No es la única lectura que se le ha dado,
mas ninguna ha sido declarada definitiva. Tomando esta, el mismo nombre
de la población divide a los investigadores, pues unos no ofrecen una
localización concreta y dicen desconocerla, otros
apuestan por algún punto de Judea y hay quién sí le pone coordenadas.
Incluso tomando Iscariote como población, hay una segunda lectura, que
viene del Evangelio de Juan, donde leemos que Judas es el hijo del
Iscariote. Así que tendríamos un dato del lugar
de nacimiento del padre y, por extensión, quizás suyo, también. En todo
caso, admitiendo que nació allí, donde quiera que esté, o que es hijo
de uno que allí vivía, es un dato definitorio: Judas sería el único
discípulo de Judea que acompaña a Jesús y que
tenga la relevancia de ser incluido en el grupo de los Doce. El resto
son galileos.
¿Cómo describen a Judas los evangelios sinópticos?
Los 3 coinciden en que formó parte de los Doce, los
discípulos íntimos de Jesús, enviados a proclamar la Buena Nueva y que
entran con el maestro a Jerusalén antes de su muerte. En las 3 listas
aparece en el último lugar. Es decir, se reconocía
su cercanía a Jesús, pero se le denosta, situándolo siempre al final. Los 3 usan el verbo, en griego, “entregar”. Judas
entrega a Jesús a sus enemigos. Y Jesús predice y acepta esa entrega.
Judas no solo se lo ofrece en bandeja, sino que acompaña a un grupo, más
o menos armado, para reconocerle y señalarle.
Veamos algunos detalles. Lucas le denomina traidor, endureciendo su visión sobre él. Los evangelistas ven en esa entrega un cumplimiento de las Escrituras. Marcos le pone como amigo íntimo que traiciona, con palabras similares a las del Salmo 41, 10. Mateo le señala como codicioso y aunque recuerda que se arrepintió, le muestra como un pecador que no alcanza el perdón, cosa que sí le sucede a Pedro. En Hechos ya ni se contempla el arrepentimiento y en Lucas se habla directamente de que Judas es empujado por el demonio a actuar contra Cristo.
Fuentes consultadas
- John P. Meier, Un judío marginal, vol. III
- Imagen: Dyck, Anton van; El Prendimiento de Cristo 1618 - 1620. Óleo sobre lienzo, 344 x 253 cm. - Imagen: Guglielmi, Augusto, La Oración en el huerto 1832 - 1837. Aguatinta litográfica, Litografía a lápiz, Litografía a pluma, Raspador sobre papel avitelado, 480 x 640 mm.
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