domingo, 11 de octubre de 2020

'El demonio ¿realidad o mito?', J. A. Sayés (notas) II

 'El demonio ¿realidad o mito?',  del teólogo español J. A. Sayés es un compendio que repasa la Biblia, la tradición y las declaraciones del magisterio católico acerca del demonio. Ofrece, también, parte de la especulación teológica que se ha ido realizando e incluye unas líneas acerca del renovado Ritual de Exorcismos, lo que convierte este clásico en un libro interesante, actual y comprensible, tanto para el profano como el especialista. Como introducción a la literatura sobre el demonio y, en menor medida, sobre infestación y posesión, es una de las obras clave. En pocas páginas nos ofrece las fuentes y su síntesis, recuperadas en orden cronológico, de modo que pronto tienes una idea acerca de lo que dice la Iglesia sobre el enemigo del Reino de Dios por antonomasia. El tema de las posesiones ocupa un segundo plano, aunque le dedica algunas páginas, integrando experiencias que le comentaron algunos protagonistas, lecturas de exorcistas como Amorth y Fortea, junto con algunos detalles ofrecidos por los Rituales. 

Hasta ahora hemos visto que iba contando la Biblia sobre el demonio y cómo usaron esta fuente básica los Padres y escritores cristianos de la época. A la Sagrada Escritura poco le interesa la figura del demonio y siempre aparece como enemigo de Dios, aunque subrodinado a Este. Siempre es criatura, ya se le vea como un ángel más entre otros ángeles, ya se le ponga como enemigo del Reino a abatir y alejar del ser humano. Las especulaciones acerca del inicio de su rebelión, el número de compañeros y otras cuestiones son interesantes para otros libros, pero no para los Testamentos. Sayés nos cita algunos ejemplos y hasta copia varios textos, de modo que nos formemos una idea, distinguiendo doctrina de fe y especulación.

Estamos, prácticamente, en la mitad del libro y toca visitar el capítulo 4, la doctrina del magisterio. Uno de los peligros doctrinales que ronda el cristianismo es el del maniqueísmo, el dualismo que presenta bien y mal en igualdad de condiciones originales y que los pone en lid, sin necesidad de marcar un ganador final. Al hablar del demonio, en varias intervenciones del magisterio, se quiere evitar esta posición, dejando bien claro que el demonio es criatura, subordinada a Dios, aunque enemistada por una elección radical. Sayés repasa algunas declaraciones conciliares, haciéndose eco de una disputa muy concreta: si la afirmación del decreto Firmiter acerca del demonio tiene alcance dogmático. Nos ofrece la cita y el texto, que termina así: el diablo y los demás espíritus malignos fueron creados buenos, en su naturaleza, por Dios; pero ellos se hicieron malos por sí mismos. De otro concilio, el Vaticano II, recoge más citas y descubre la curiosidad de que el demonio aparece en 17 textos conciliares y una nota, aunque siempre en el contexto de referencias, ya que no hay apartados específicos sobre los ángeles malos ni se pretende ni una recopilación ni una definición de fe acerca de ellos. Interesa en cuanto es enemigo que aparta al hombre de Dios e introduce en el mundo el pecado y la muerte, de los cuales nos libera Cristo. 


Ya se para un poco más en los papas Pablo VI y Juan Pablo II, retomando las clásicas referencias y aportando una novedosa, al menos para mí, que es un mensaje pronunciado durante la visita al santuario de san Miguel, en la provincia de Foggia, en 1987. El despliegue potente de doctrina sucede a continuación, cuando repasa el Catecismo de la Iglesia Católica en busca de referencias. De este capítulo, es el apartado que más me gustó, por los textos, relaciones y referencias ofrecidas. Sin duda, un compendio interesante y actual para consultar con calma y ofrecer a quienes tengan interés. Y ni tienes que abrir el Catecismo, pues el libro recoge citas completas.

El capítulo 5 comienza en la página 99 y es una referencia que no siempre se tiene en cuenta: que la liturgia traslada la doctrina a la celebración y en sus fórmulas podemos investigar en qué cree la Iglesia. Siguiendo la tónica de la obra, seguimos ceñidos a los datos bíblicos y doctrinales: Cristo redentor, el hombre tentado por el demonio, la victoria sobre su reinado de pecado y muerte, la necesidad de la gracia divina y el esfuerzo humano, la naturaleza angélica del demonio… Una vez más, la biografía del ángel malo no interesa, ni darle importancia en demasía, como tampoco elaborar una demonología expresa y detallada. Al enemigo, poca publicidad, conocer sus ardides, señalar con qué armas combatirle y mostrar que su causa está perdida. 
 
Las fuentes consultadas son las referidas a la liturgia bautismal, con textos históricos y litúrgicos, tanto antiguos como modernos, oraciones del Misal y el testimonio de los santos. Todavía no da entrada al Ritual de exorcismos, cuya referencia se produce en el siguiente capítulo, aunque de modo breve (el espacio de una página). Personalmente, y pensando también en un modo de promoverlo y conocerlo, una síntesis en este apartado sería estupenda, aunque avisase que luego se detendría más en él. El breve apunte sobre la vida de los santos, por ejemplo, iría perfecto también en el capítulo 6, dedicado a la actividad demoníaca.¡Y es que ni siquiera relaciona la liturgia con ellos!

Como en la anterior entrega, los textos compartidos pertenecen a obras citadas en el libro.

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