
miércoles, 22 de abril de 2015
Un feixe de títulos da nosa librería relixiosa Betel.

viernes, 17 de abril de 2015

Al final, y es de destacar, en los libros del anciano padre Amorth leemos la victoria sencilla del bien, de la vida, de la fe. La salvación, en definitiva, que Dios nos regala por Cristo y que nosotros, con la ayuda del Espíritu, conseguimos con el bien que hacemos.
Pregón de Apertura del Año Jubilar Teresiano 2014.
Va tocando el día a su fin y tras las misas en las parroquias, tras los encuentros familiares o cierto descanso, venimos a presentarnos ante el Señor, venimos a un último encuentro entre hermanos que nos reanime y ponga el broche celebrativo a este domingo, regresamos al calor fraterno de la mesa del altar y compartimos la alegría de la apertura del V centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, anunciamos un año de gracia que nos acerca el recuerdo de esta trotaconventos castellana que empezó buscando el martirio, pasó por el desierto de la oración y nos legó una vida que es camino místico de busca y encuentro del corazón eterno de Dios.
En tiempos de necesidad y apertura a lo trascendente, esta santa andariega y alegre recuerda a propios y extraños que Cristo es el rostro visible de Dios invisible y que por la humanidad de Cristo llegamos a su divinidad. Que, como en la liturgia, vamos de lo visible a lo invisible y en lo manifiesto brilla la luz inextinguible de la revelación divina. Es una buena excusa para presentarla a quienes no la conocen, pues es maestra y testigo, es transmisora de una experiencia preciosa de encuentro personal con el Dios invisible que la mimó y le reveló sus profundidades.
En tiempos de individualismo y búsqueda personal, será esta reformadora animosa un buen referente. Será la espuela que empuja cara profundidades mayores más y más adentro en la espesura del corazón humano, siguiendo los pasos del Amado que un día, en nuestro bautismo, nos marcó con el sello indeleble de su amor y pertenencia. Podremos tomar sus obras para proponer al buscador de lo espiritual y de la autorealización que es la propia alma el castillo a conocer y conquistar, el bastión en el que ondea la bandera de Dios, oteada a veces y reconocida apenas como ansia de eternidad y vida.
En tiempos donde vende la novedad y lo cambiante, extraños y prójimos veremos a la reformadora que ama y porque ama busca lo mejor y verdadero para la Iglesia. Con ella podremos aprender el valor de la paciencia y lo bello intemporal, la necesidad de reforma en miembros e instituciones dentro de esta gran familia que brilla con el esplendor de la fe y, a veces, soporta la negrura del pecado y el demonio en su propio seno.
No queramos aprehenderlo todo en este momento ni en esta tarde, no. Dejemos que todo un año nos enseñe y acerque. Año que en nuestra Iglesia particular se vivirá desde este Año Mariano, desde estas ganas de nueva misión y desde el inicio de un curso que nos habla de sueños y realidades, de retos y propuestas, de Dios y de la humanidad, de lo nuevo y lo antiguo, de lo necesario y lo urgente. No hay tiempo de más, no al menos hoy. Así, pues, callo, y con todos vosotros, celebro esta misa y esta apertura de Año Jubilar teresiano. No podríamos hacerlo desde mejor lugar que este Carmelo que nos acoge e invita, que nos agradece la presencia y nos lanza al desafío de conocer y tratar con esta buena amiga de Cristo y hermana nuestra.
(Pronunciado el domingo 19 de octubre de 2014, en el carmelo de Ourense, a los pocos minutos de las 19 horas, justo antes de la Misa presidida por el Sr. Obispo, monseñor Leonardo Lemos)
martes, 14 de abril de 2015
Un par de notas de lecturas.

lunes, 6 de abril de 2015
Vixilia Pascual 2015.
O pasado sábado, Sábado Santo, día catro de abril deste 2015, na Armada, celebramos a Vixilia Pascual.
A partires das sete e cuarto fomos xuntándonos os fieis que, un ano máis, nos acercamos a este lugar tan querido do seu rector, don Manuel, para repartir os ministerios, encender o lume, confesar,... todo en orde a comezar ás oito da tarde a solemne Vixilia Pascual. Cabe destacar que, un ano máis, fomos uns cincocentos os que estivemos para a proclamación gozosa do anuncio da resurrección de Cristo, superando o número do pasado ano, no que notaramos un descenso.
Don José Ramón, das Pereiras, foi o presidente e, concelebrando, estivemos don Manuel, de Faramontaos, don José Luis, de Barxa, don Félix, de Pontefechas, e don Benigno, da Merca, participando por primeiro ano. Faltounos don Camilo, de Zarracós, un dos fundadores desta iniciativa, non presente este ano por motivos de saúde. A celebración, por primeira vez, foi case exclusivamente en galego, contando con lectores de distintas parroquias que se animaron a usar a lingua nai. Basicamente, o castelán quedou para o pregón pascual e unha lectura.
Unha hora e dez de celebración nun lugar que nos permite espacio e clima de calma e de encontro. O lugar no que celebramos a Vixilia é amplo, conta co moderno santuario onde poden sentarse ata cincocentas persoas, alberga a capela ca venerada imaxe da Virxe da Armada, patrona da cabeza e os seus males, dispón de casa da confesión, sacristía surtida con vestiduras para tódolos ministros e unha luminosidade magnífica que nos transmitíu a luz do anoitecer sabatino.
Tal amplitude permite que o groso dos fieis dispoña dun lugar onde esperar en torno ó lume bendecido e se poida ir en procesión significativa dende o exterior, portando o cirio pascual e as velas acesas, ata o santuario onde discorreu a Vixilia. O interior xa dá para moito pero sempre pode aproveitarse polo espacio libre que queda para xente de pé. O presbiterio é alongado, de tal forma que caben suficientes ministros e a liberdade de movemento é manifesta.
Un detalle precioso a sinalar é o Cristo resucitado sobre o altar. Unha imaxe onde se une a cruz, o mundo e o resucitado en actitude de camiñante. Queda a impresión do recibimento do Deus home a tódolos que entran a este iluminado espacio sagrado. E ponse de manifesto a unidade do crucificado e o resucitado, a mesma Persoa. Toda unha catequese visual que xa foi resaltada nalgunha outra celebración.
Tra-la Vixilia, fomos invitados a baixar á cafetería e disfrutar do ágape. Este é conformado polo que traen tódolos que o desexan e que pode complementarse co refrixerio ofrecido dende a cafetería e o chocolate ó que invitan os señores curas participantes. Un broche de encontro persoal e comunitario entre uns poucos fieis que quedan a cear e dialogar. Digo uns poucos porque non quedan todos, nin a metade, pero si un número significativo nun ambiente distendido e calmo.
Se xa é visitado o santuario da Virxe da Armada por motivos de devoción e pola novena e festa o nove de setembro, oxalá tamén o sexa por esta solemne Vixilia Pascual que levamos uns poucos anos celebrando e que tantos centos de fieis apoian.