miércoles, 8 de febrero de 2017

Llegaré hasta ti I

Inmune me encantan y según van cambiando, dentro de su estilo, se refinan y mejoran, dan nuevas luces desde las letras y melodías. Quizás desde sus vídeos algo más podamos aprovechar, lejos del simple Me gusta-No me gusta. Así que me meto con el que, a día de hoy, es su último clip oficial publicado: Lllegaré Hasta Ti, un tema potente de su disco Universal. Solo pretendo dejarme llevar por las imágenes y la letra para dibujar un universo de interpretaciones y lecturas personales, lejos de pretender desentrañar qué han querido expresar. Lo hago desde las palabras de algunas entrevistas a Morti, su carismático vocalista y autor de las letras. Y también desde las preguntas que alguna vez lanzaron a las redes sociales respecto de sus vídeos. 


Morti confesó que escribir le libra de horas de psicoanálisis, así que nos encontramos ante letras que expresan su mundo interior, sin querer reducirse a la autobioigrafía. Él mismo deja en el aire la definición y recta interpretación de lo escrito, ofreciendo más bien su catarsis literaria y dejándola al viento de diversas lecturas y entenderes. Así, su pluma se mueve entre ambigüedades y experiencias universales que se concretan en un tema musical. La lectura poliédrica que se puede sacar es un ejemplo de que nuestras vidas no son tan distintas y se puede generalizar en aras de un entendimiento y comprensión mayores. Y lo que son sentimientos y expresiones personales pueden tomarse como enseñanza y recomendación de un caminante que nos precede, sin eliminarnos la libertad ni querer adaptar nuestro paso al suyo. Las letras de Inmune son vivencia con una característica voz que viaja a otros labios y corazón en sintonía. En torno a esa catarsis de Morti, él mismo advierte que a veces se expresa por escrito, luego en canto, para mostrar su mundo interior en un determinado momento pero, también, hay veces que lo expresado es lo contrario a lo sentido. Es decir, se produce un fenómeno de compensación, de reequilibrio forjado a base de sabiduría, voluntad y acción.

Teniendo en cuenta que lo manifestado en el clip no aspira a una simple búsqueda de lo que ellos querrían decir sino que se abre a lo que nos sugiera e ilustre, me atrevo a un juego de interpretación libre.

El ámbito de la letra es el de la experiencia vital, el de la sabiduría y el consejo. Para llegar a ella se ha de exerimentar o se ha de reflexionar, se puede haber vivido en las propias carnes o escuchar lo suficiente como para hacerse una idea. Aun con perspectivas distintas y de modos sutilmente diferentes o diferenciados por percepciones modeadas por los tiempos y culturas, algunas verdades se desvelan universales, muchas experiencias son fácilmente reconocibles y generales. Por eso las palabras resuenan en nosotros como consejos de alguien que nos lleva la delantera en el camino, al modo de un sabio, un hermano mayor o padre. Es la voz del consejo y la prudencia.


Efectivamente, hay una meta, se nota un dinamismo, un caminar, lo dice el mismo título de la canción. La forma de esa llegada, la manera de recorrer el camino que une emisor y destino, comienza por la calma, la contención, y se encuentra sintetizado en las estrofas. El estribillo es la parte más activa, intencional en marcha. El vistazo global es el de la reflexión y el discernimiento, junto con la acción, el alquímico trabajo de la conversión interior que arroja generosos frutos visibles. Eso mismo ayuda a entender el vídeo, grabado en un interior, entre paredes que parecen de hormigón, como si una cueva de iniciación o un tiempo de introversión se vistiese de los aires modernos de una construcción industrial abandonada.

Los mismos dos personajes antagónicos, de albas vestiduras o negras, cada uno por un camino distinto, me sugieren lo interior, la dualidad a la que nos enfrentamos al hablar con nosotros mismos, al notar dentro potencia y acto, posibilidad y realidad, bien y mal. En concreto, vida y muerte, impulso de esfuerzo y desgana frustadora. Lo sugieren sus mismos símbolos adyacentes: el corazón para el ser blanco, la calavera para el negro. ¿Y el momento en que ambos forman parte de una máscara? Aunque rápidos y como fogonazos se suceden los instantes de esa imagen, creo que la exégesis es sencilla: forman parte de nosotros. Dos dimensiones que podemos distinguir pero no separar. Por eso, al inicio, están en sillas de ruedas, porque están taradas en una comprensión que las separe. Una imagen sencilla para comparar: las dos caras de una moneda. Las podemos estudiar por separado, investigarlas en dos momentos distintos, pero si las separamos ya no tendremos una moneda sino dos láminas de metal inservible. Del mismo modo, al estar en el ámbito de la experiencia vital, vida y muerte no son dos seres ambivalentes, dos realidade exteriores incomunicables sino como dos dimensiones con poder de atracción. Resuena en mí Dt 11, 26, con Dios proponiendo dos caminos, el de la maldición y el de la bendición, el de la muerte y el de la vida.

La dualidad inseparable de blanco y negro, de vida y muerte, se ha de repetir. Antes de entrar en ello, un poco más sobre estos dos caminantes que solo al final del vídeo se reunen sin llegar a tocarse pero sí mostrando su unidad en un humano. Como antes escribí, ambos aparecen con símbolos que los definen, el negro con la calavera, el blanco con el corazón. Es fácil pensar, entonces, en muerte y vida. También aparecen luego, al estar fusionados en una misma máscara, con dos símbolos. Uno se repite, pues el blanco porta un corazón en la mano, lo que denota vida y, en sintonía con la letra, sinceridad. En el negro ha habido un cambio: porta una pistola. Es un símbolo de muerte que, además, la figura se dedica a sí misma, apuntándose a la sien, y nos dedica, encañonando a la cámara. La pistola, como el corazón y la calavera, es uno de los símbolos que aparece en las cartas de la portada del disco.

Curioso es el ser blanco, pues hay unos instantes en que parece colocarse el corazón en el pecho, o sostenerlo, y luego porta bien delante suyo una calavera, agarrándola con las manos. Porta, pues, vida y muerte. Me parece una profundización que lleva a otro nivel: la consciencia, definida por el blanco, y la inconsciencia, el ser negro. Luz y oscuridad, tiniebla y sol, despertar y sueño. Recordemos que Inmune proponen una apertura a la sabiduría, a la conciencia, al cambio luminoso a pesar de la opresiva situación de "circo de terror" en que vivimos. La vida toma consigo su potencia luminosa y es capaz de tener en cuenta la muerte, de mostrarla bien, sin miedo. Es parte de ella en la existencia que conocemos.

Al final del vídeo, ambos estarán, ya no separados, espalda contra espalda, sino de lado, juntos, al alcance de la mano, desvelando sus rostros, con un pedestal que muestra corazón y calavera, con un desvelo y revelación que nos muestra sus rostros. La cara d euna única persona, encarnada en Morti. Es una imagen que refuerza la máscara de doble color. Son dimensiones inseparables, aunque sí distinguibles de nuestro ser. La misma persona convive con ellas.


Esto nos lleva a ver vida y muerte como un par, una pareja. La dualidad se mantiene pero ya no es ambigua ni contradictoria, no existe una contraposición más que aparente. Tenemos, aquí, visualmente, la primera pareja de pares del vídeo...

(Continúa...)




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