
Escribí que el calendario eclesial podría verse como un círculo o espiral que tiene a Cristo en el centro, irradiando en torno gracia para dar y tomar, traspasando la historia y sus gentes. En este dinamismo que nos sugiere estas formas hay cambios de año en año. Un ejemplo es la adición de nuevos santos y beatos que se proponen para el culto y la meditación. No es solo que nosotros lleguemos a cada año de una manera distinta sino que el mismo calendario se renueva y enriquece de año en año. En ocasiones hay reformas que lo trastocan en ciertos aspectos y lo acomodan a nuevas pastorales y devociones, mirando a lo universal. Otras veces hay cambios menores. Son oportunidades para sentir la vitalidad de esta kairología, que no se queda en una propuesta abstracta sino que se condensa en fórmulas y fechas asumibles y comprensibles.

Ser es un acompañante precioso para cualquiera, por la cantidad de información y claves interpretativas, amén de ideas y recordatorios que acaban influenciando en una participación más activa y fructuosa en Misa, por ejemplo. Y lo que supone como enriquecimiento personal... Allí se tocan temas como el adorno de la iglesia en los diversos Tiempos, las oraciones que se deberían usar para remarcar mejor con palabras lo que la celebración dona, desvela el sencillo simbolismo de los colores litúrgicos y recuerda que el Misal tiene más de un prefacio. Siendo un libro que habla de lo universal, de lo católico, baja a concreciones y particularidades de la nación. Nos recuerda que aunque sigamos un mismo calendario que el resto del mundo, hay fechas particulares que no deben olvidarse y han de celebrarse en la diócesis. Un ejemplo es la fecha de la ordenación del obispo o la dedicación de la catedral.
Marco un detalle más que lo hace una obra interesante y es el de que contiene el santoral universal. Así que es mejor buscar aquí que en cualquier página de la Red las fechas de los santos.
El año litúrgico no ofrece días con una similar intensidad sino que marca algunos sobre otros. No siempre es lo mismo. Pero no pienses que eso significa que hay días despreciables y otros aprovechables, no. Las celebraciones no tienen la misma categoría y hasta el número de lecturas en Misa fluctúa según corresponda.
No digo más por hoy, aquí puedes consultar esto y más, mucho más:
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