domingo, 5 de junio de 2016

Iron Sky, de Timo Vuorensola.

Siguiendo con un estilo similar al de la anterior película, tenemos la joyita Iron Sky, un disfrute visual y de historia, mezclando ficción con historia, poniendo a los últimos nazis en una guarida secreta selenita. Allí huyeron al perder la II Guerra Mundial y desde allí planean volver un día, mientras generaciones arias viven y crecen en una base secreta del lado oscuro de la Luna. Una base no detectada hasta ahora y que tiene, cómo no, forma de esvástica. Allí se ha formado todo un mundo gris y acerado donde prima el ideal ario. Ideal que algunos viven como forma de dominio y poder; otros como un camino de justicia y evolución a una edad dorada que renueve los viejos cimientos del mundo. Ejemplos de estos extremos que se tocan son la pareja protagonista: la bella y sonriente Renate Richter (Julia Dietze) y el serio y contenido Klaus Adler (Götz Otto). Ambos son pareja, aún sin hijos, militar él y profesora ella. Él quiere ser el führer que lleve a la victoria total a su gente, ella cree en la educación y la doctrina aria como la nueva era para la humanidad. Y ahí estarán, juntos en las duras y maduras hasta llegar a la confrontación. 



Es su ideal y son dos visiones contrapuestas. Pero, ¿qué pasa si alguien se cruza en su camino  y es distinto... y negro? Pues que uno querrá humillarle y manipularle y la otra querrá mostrarle las proezas y lindezas del régimen nazi, obsequiándolo con cariños y cuidados. Pasará con el personaje negro James Washington (Christopher Kirby), capturado por los militares y sometido a un proceso de transformación en ario. Cosa que no le va a sentar nada bien. Klaus le seguirá tratando como subhumano y Renate intentará que se acostumbre a su nuevo ser y descubra la magnífica vida nazi que le espera.




Renate: ¿Cómo estoy?
Klaus:  Como dicen en la Tierra: estás como un tren.

¿Y si no es una persona y resulta ser todo un planeta? Sin salirnos de los dos tortolitos mentados, habrá la búsqueda de la guerra y el dominio al lado de la propuesta de esfuerzo y cambio, siguiendo en ambos casos los caminos del saber ario. Dos aplicaciones disyuntivas, ¿verdad? Pero que conviven y hasta convencen al mismo tiempo. Así se verán las escenas donde el discurso nazi se camufla debidamente para tomar su parte positiva y ganar unas elecciones, mientras que al poco tiempo se elige la senda de la guerra total contra un gran enemigo... también para ganar las elecciones. Histriónico personaje quien elije a la pareja de moda y es capaz de usar a uno y otra para sus intereses de control y dominación. Entra en juego el papel de los americanos en forma de una presidenta desquiciada y ambiciosa, la Sra. Presidenta (encarnada por Stephanie Paul).


El caso es que los nazis desean volver un día de donde fueron marginados y echados. Preparan en su base selenita el regreso pero su tecnología, todo su despliegue maquinario, se ve sobrepasado por el descubrimiento de un simple móvil. Un descubrimiento que proviene de la misma Tierra. Ellos se han quedado desde los cuarenta en la Luna pero la Tierra envía astronautas de cuando en vez y ahora que entran en contacto, la comparación de tecnologías deja a los nazis como atrasados. Eso a pesar de que han conseguido lo que los terrestres solo sueñan, que es vivir permanentemente en el satélite lunar. Pues sí, un cotidiano aparato de telefonía móvil pone en jaque lo conseguido por los científicos nazis. Descoloca el adelanto pero resulta ser la clave para la consecución y la puesta a punto del arma definitiva del ejército ario.


Los nazis saldrán de la Luna para consegir móviles en la Tierra, sin saber muy bien qué son o cómo funcionan. Ahí queda la escena del móvil que se queda sin carga y los arios no saben qué sucede, jeje. Escena que es antecedida por otra en la que un científico alemán desarrolla y crea el USB para poder unir el móvil con su ordenador central. Su uso será militar ya que la capacidad de computación de un solo aparato es "mil veces mayor" que la desarrollada en la base y necesitan un buen computador para elevar y poner a tono su gran nave de destrucción masiva, la Dios del Alba.


Renate: Nosotros somos el don de Dios y de la ciencia. Somos la respuesta a la pregunta, somos la promesa de toda la humanidad.

¿Qué como ha llegado un móvil a la Luna? Lo llevaba un negro y este resulta ser el superviviente de la pareja que alunizó y descubrió la cantera que los nazis tenían allí montada. Capturado, es sometido a un proceso de metamorfosis aria, blanqueando su piel. Él llevará a los arios ante la presidenta de los USA. Esta es una mujer que se parece mucho a Sarah Palin, impulsiva y chillona. Momento genial es la escena que parodia a la ya tan conocida de "Hitler cabreado" en su búnker, proveniente de la película El hundimientoEscena de cabreo por tener un equipo de creativos que no vale para nada. Momento tras el que aparecen los nazis y, por voz de Renate, se reescribe un discurso que suena directo, entrañable y concreto. Un discurso del ideal nazi con aspectos positivos que pretende ser el de la presidenta actual en su camino a la reelección.

Posteriormente, las tornas cambian, las alianzas dan un inesperado giro y el discuro se vuelve llamada a la  guerra. Ahora son los nazis los enemigos a los que hay que machacar. Ahora es el momento de unirse las naciones para desbaratar un ejército que sale desde la Luna en zepelines siderales cara la Tierra. Una guerra que se vende como publicidad. De hecho, la asistenta de la presi le da la idea en una hilarante escena donde las dos hablan del enfrentamiento contra los "nazis de la Luna" como di de ir a jugar al tenis se tratara. A la presidenta le encanta la idea de la guerra contra el único ejército que han sido capaces de derrotar en una guerra. Piensa que un presidente que entra en guerra durante su primer mandato será reelegido y que esto es mejor que lo que tenía en mente: bombardear Australia. Su ministro de defensa anda por allí pero es el que menos cuenta y el tío va de pasota. 


En el bando nazi todo está listo, incluso llegará el grandioso momento en que la nave de guerra Dios del Alba se alce para entrar en combate. Klaus llega al poder como führer, Renate ve que vivía engañada en un mundo que ahora se desmorona, perdiendo incluso el amor de Klaus. En el bando de la presidenta, esta habla antes un consejo de varios países, llamando la atención que esté presente Corea del Norte, que los indios sean acusados solo por tener un anillo con la esvástica o que haya una nave de exploración espacial armada hasta los dientes llamaba George W. Bush. La batalla espacial tiene ese aquel. Entran en juego dirigibles nazis acorazados, naves nazis con forma de platillo volador de  G. Adamsky, la nave Bush y, de repente, aparecen naves espaciales australianas, británicas, canadienses... 

y ¡¡la MIR!! armada esta con un potente láser. La presidenta se cabrea porque se siente engañada y pregunta quién no ha enviado nave a la lucha. Un tímido finlandés levanta la mano. Detalle divertido, al ser Timo, el director y co-guionista, finlandés. 

Como si de Star Wars  se tratase, la Dios del Alba carga unos potentes cañones que enfocan a la Tierra. Un trozo de Luna vuela por los aires con dos misiles que abren un hueco por el que la Tierra queda a tiro. Eliminada su amenaza, destruida la nave y tocada la base nazi, ¿queda algo más que la fraternidad? Pues no, el descubrimiento de ingentes cantidades de Helio 3 despierta la avaricia norteamericana e inicia una nueva guerra mundial. Fascinante e hipnótica la escena en que las naves se destrozan y la Tierra se sume en la oscuridad solo rota por el estallido de bombas en su superficie. Es el inicio de los créditos, alejándose cada vez más hasta llegar a Marte... y un satélite artificial que le ronda.


Esa es una puerta abierta a nuevas historias y, de hecho, en el tráiler disponible de la segunda parte, se ven los hongos nucleares arrasar las ciudades y destruir la Casa Blanca, mientras una superviviente presidenta baja a un submundo donde Hitler monta un dinosaurio. Yeah! En la Luna, en medio de los cascotes que casi obstruyen la clase donde Renate enseñaba, ella y Washington comienzan una relación y deciden reconstruir aquel mundo desde nuevos ideales. Ya ves, final feliz enrollando nazi con negro, Tierra masacrada por los países que antes se entendían y final curioso con Marte y un satélite artificial como imagen de despedida de créditos. 


Película, como Kung Fury, financiada por crowfundig. Su grabación se repartió entre Finlandia, Alemania y Australia. Su continuación fue anunciada hace años pero aún no se ha estrenado, existiendo tráiler desde hace tiempo. Yo me lo pasado teta con ella, con ese despliegue de naves zepelines, la reaparición de la MIR, nazis en la Luna extrayendo Helio 3 y ese consejo de guerra tan gracioso presidido por la presidenta estadounidense. Y me sigo tronchando con ese inicio donde el descubrimiento de las minas lleva a la aparición de nazis enfundados en trajes negros y paseando la Luna en jeep.

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