sábado, 12 de septiembre de 2015

Escapado de "La muerte escarlata".

La movida Z debe mucho al sr. Claustroman por la cantidad de libros que se ha comprado y que me está pasando. El último ha sido esta novela de final feliz (sin ironía, jeje) de Antonio Calzado, publicado en Dolmen.

Dejo las influencias a las entrevistas y a los críticos pero me he solazado en las últimas fases de esta aventura pensando en Lovecraft. Y no cito el relato para no adelantar nada. Solo digo que los bosques y las presas guardan monstruos que nos quieren mal.

Novela que se ocupa de varias historias que confluyen en un mismo caminar cara el Norte de una destrozada España. Y que me ha sorprendido por ciertas novedades dentro del estilo Z: el origen del mal, las capacidades de la infección en animales y ciertas personas, la organización de los Errantes, la transcripción de la experiencia del alguien con el Síndrome de Asperger, el final feliz (va sin ironía, en serio), la escasa aparición de zombis, la inexistencia de ejércitos profesionales,... hay detalles que insuflan un aire renovado al género aunque, tranquilos, que habrá zombis lentos, disparos, refugios más o menos resistentes, las historias de supervivientes organizados, las de tiradores solitarios,...

Vamos, que tenemos la típica historia de supervivientes que se encuentran y forman equipo para llegar a un punto determinado. Normalmente, van porque se ofrece protección, ¿verdad? Lo divertido es que aquí no sabemos a dónde van ni por qué. Solo hay un miembro que es quien arrastra a los demás cara el Norte, siempre al Norte. Y cuanto más se acercan, más sospechas que se van a meter en líos más gordos que los que dejan atrás. Por el camino, algunos zombis, algunos humanos buenos, otros chungos y la esperanza como moneda de cambio por un día y un esfuerzo más.

252 páginas donde redescubrir el poder de la unión basada en la confianza, el valor de un buen perro que te acompañe y la lectura, a la luz de las últimas luces de cualquier día, de Moby Dick a un niño que se cree una máquina necesitada de reprogramación. También son páginas donde desfilan las maldades de las que somos capaces en situaciones extremas.

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