El tiempo que el blog ha estado en dique seco es el conocido como la octava de Pascua, la primera semana del Tiempo pascual. Es como el estiramiento del domingo de resurrección hasta el domingo siguiente. Las Misas tienen sus oraciones propias, con Gloria incluido, pudiendo leerse la Secuencia antes del evangelio y recomendándose la bendición solemne al final. Las lecturas evangélicas son acerca de las apariciones del Resucitado, recordando la que se lee el domingo de resurrección por la tarde. El rezo de las Horas tienen sus características propias, también. Vamos, que a nivel celebrativo y oracional, esta primera semana de Pascua se nota bien.
Es que el espíritu de la Iglesia se mueve especialmente en esta época y es una lástima que no se suela notar demasiado en las celebraciones. Puede hacerse ver con detalles como el adorno de la iglesia, dejando sin flores o apenas el templo durante la Cuaresma y trayéndolas ahora; en las misas, con profusión de cantos si la gente canta y remarcando el Aleluya, también con las bendiciones solemnes que trae el misal para el fin de la Misa; con un buen cirio pascual, recuerdo de la luz vital de Cristo, cirio que debe ser grande y vistoso, cerca del altar o el ambón; quizás con participación del pueblo en el rezo de las Horas, proponiendo que estas se unan a la Misa o abriendo el templo para su solo rezo.
El Tiempo Pascual poco le gana en días a la Cuaresma pero estaría genial que se notase más, dando el rostro luminoso de las celebraciones, tras la sobriedad cuaresmal. Y es que la Cuaresma debe preparar a la Pascua, centro del calendario eclesial. Pero, suele ser lo de siempre, nos encontramos con que lo fuerte suele ser lo cuaresmal, con sus celebraciones y devociones.
¿Hasta qué punto no vale la pena abrir más en Pascua las iglesias con celebraciones no eucarísticas? Tendríamos la posibilidad de devociones como el Via Matris y liturgias como el rezo de las Horas. También es propio de este Tiempo aunque parece recuerdo de pretéritas fechas la bendición de las casas. El Bendicional, libro litúrgico a veces tan desconocido como el Ritual de Exorcismos, provee de oraciones para esta devoción popular. Y si se organizan charlas cuaresmales, ¿qué no valdría la pena charlas pascuales? El uso del agua podría continuarse durante la Pascua, sin dejarla relegada a la Vigilia, rociando a los fieles con ella en la parte penitencial del inicio de Misa.
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