San Benito do inverno 2021, O Rabiño VII
Hace ya muchos años, cuentan, el "tío Celestino" mandó hacer unas estampas de san Benito de O Rabiño en Barcelona. Quizás, las primeras estampas. El caso es que le comentaron: hombre, el santo será milagrero, pero es feíllo. Imagino que hablaban de la imagen procesional, que llama la atención por su vestido negro bordado, que cubre la imagen completamente, incluso rodeando la cabeza. Solo se ve cabeza y manos, aunque hay que decir que tampoco hay nada más que ver, pues el resto es un armazón de madera.
El otro san Benito del templo se encuentra en el retablo mayor y tiene porte y expresividad. Hay contraste entre ambas imágenes: el rostro moreno del altar, contra el claro de la imagen procesional; la concentración y el rictus adusto de aquel, contra cierta dulzura de este; el dinamismo del primero, al que se contrapone la quietud del segundo... Hasta podríamos leer esto en cierta clave místico existencial, dando a la potente imagen del altar el vistazo del Benito terrenal, con el que puede identificarse el fiel, mientras que la otra imagen, hierática pero trasluciendo paz y disfrute, la promesa del Cielo, donde el dinamismo y la pasión no conocen limitaciones ni contratiempos. Una referencia a las postrimerías nos pondría en la tesitura del hacer y decir bien en esta vida, para poder quedar en sintonía eterna con la bondad divina y de sus santos.
Imagen del santo abad en el retablo mayor
Imagen pétrea de san Benito sobre la puerta mayor de su iglesia en O Rabiño, Cortegada, hoy arciprestazgo de Ribadavia. Hábito negro, señal de humildad, báculo, símbolo de pastor y padre, el libro de su Regla y el cuervo que se llevó lejos un pan envenenado.
Las mismas fotos que se suelen compartir en redes suelen ponerle a él en el máximo interés, olvidando muchas veces al del altar y ya no digamos la imagen de piedra, que está situada sobre la puerta mayor. La imagen, pues, es de sobra conocida y sabe, al menos, de una copia.
Desde 1997 existe una imagen similar a la del Rabiño, Ourense, en Los Molinos, Madrid. Parece ser que una mujer aquejada de un cáncer en la lengua se ofreció al santo. Al poco, sin mediar aviso, se encuentra con una remisión espontánea y completa de su cáncer, lo que la lleva a una curiosa forma de agradecer la curación: costeará la copia de la imagen para llevarla a su pueblo. aquello tuvo cierta repercusión local aquí, pues se organizó una peculiar peregrinación y salieron dos autobuses para conocer la nueva sede del santo abad. Fue el párroco, don Delmiro, y muchos feligreses, que participaron de la fe y la fiesta en honra a Benito. La fiesta en Los Molinos ha calado hondo, hasta tal punto que mantienen las dos fechas, tal como aquí se hace, en marzo y julio, la novena (imagino que la misma que aquí rezan) y el día festivo, con gaiteiros y pulpeira. Hasta una asociación cultural ha nacido bajo tal devoción. Desconozco si hay relación actual entre las parroquias y si aquella mira a esta a la hora de preparar la novena o los exvotos y recuerdos piadosos.
Tres instantes captados desde el vídeo colgado en Youtube con la llegada del santo a Los Molinos, Madrid.
Recorte de la página web de la parroquia madrileña donde veneran a san Benito de O Rabiño.
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