El volumen 22 de los cómics de Star Wars publicado por Planeta DeAgostini
incluye tres historias que, en realidad, son más en los cómics
originales. De hecho, cosa que no sucede siempre en esta colección, se
coloca el FIN entre historias y sabes que has terminado una y que
la siguiente viñeta, aunque esté sin solución de continuidad, ya
pertenece a otra historia. Para quien quiera segiur el orden y los
títulos originales, leo en los créditos de este volumen que son Star Wars: The Clone Wars 4-5. Aquí seguiré el título y el orden tal como aparece.
Aquí van las dos historias que siguen a la primera, ayer anotada.
2. Callejones sin
salida.
El senador Bail Organa
se libra de la muerte en un ataque espacial y logra llegar a
Coruscant. Allí informan los Jedi del transcurso de la guerra y
vemos cómo Palpatine sigue engatusando a Anakin. A Obi-Wan se le da
por muerto y no le veremos en ningún momento. El que sí aparecerá
es el senador Finis Valorum, que advierte a Organa de los movimientos
políticos que están llevando a la muerte de la democracia en la
galaxia y a la acumulación de poder en el canciller supremo. De
hecho, como todavía no tiene todos los poderes, se prepara una nueva
votación acerca de seguridad, usando atentados y ataques como el
sufrido por el senador Organa, para concederle más.
Bail Organa hablará con
el canciller para expoerle su punto de vista. Este sabe de su charla
con Valorum. Mon Mothma le cita en el Templo Jedi para fortalecerle
en sus decisiones. Allí se está informando de la masacre de
Parcelus Minor.
Y aquí me encontré con el curioso sable del maestro
Rancisis, cuyo mango es ligeramente curvo y posee dos hojas, la
principal y otra menor que sobresale en diagonal. Es él mismo quien
informa ante el Consejo jedi y tres senadores.
La falta de definición de los fondos no evita que distingamos en esta viñeta final a dos E. T.
Organa sale de allí
dispuesto a hablar de nuevo con el antiguo canciller Valorum. Se
despiden en el espaciopuerto y la nave donde viaja este explota.
Suceso que se usará para dar luz verde al decreto de defensa y
seguridad.
El maestro Rancisis, con su curioso sable de luz, resiste malamente el ataque despiadado de la confederación, que no distingue entre tropas propias y ajenas.
El dibujo es aquí más
esquemático, sobre todo los fondos, solucionados con cuatro trazos.
3. Estirpes.
Esta historia es breve
pero intensa, con muchas reviravueltas, que comienza con los
recuerdos que Palpatine le dedica al maestro Ronhar Kim, caído en
Merson. La masacre la dirige el conde Dooku, por orden del Emperador.
Por cierto, aparece en una viñeta, Dooku y Ventress.
Como la historia va cara
atrás, se retrotrae hata el momento en que se produce una reunión
entre algunos Jedi y Palpatine. La propuesta es interesante: hacer un
análisis de midiclorianos de todos los senadores y, así, localizar
al Sith. Palpatine es el primero en poner peros... aunque se lo calla
todo lo que puede y dice, como buen político, que lo pensará y le
parece bien.
Y seguimos cara atrás,
al poco de ser elegido Palpatine canciller supremo. Momento en que
está con su amigo Jedi Ronhar. Este le salva de un atentado por
parte de un guardia de la República. No logran sonsacarle ya que se
inyecta un veneno.
La visión de la jeringuilla usada sirve de puente
para otro recuerdo, otro salto atrás, a la muerte del senador Vidar
Kim, que resulta ser padre del Jedi y antecesor en el cargo de
Palpatine. Durante la vela del difunto es cuando ambos se conocen y
llegan a un precioso pacto. Os lo transmito con sus palabras, más
que elocuentes. Con las que termina la historia, que no regresa al
tiempo de las palabras honoríficas de Palpatine en el Senado.
Palpatine: Tú, a través
de mí podrías tener voz en la conducción de la República. Y yo, a
través de ti, podría entender mejor a los Jedi y sus usos y
costumbres. ¿Qué te parece?
Kim: Creo que esto es el
principio de una larga amistad, senador Palpatine.
PARA SABER MÁS (cortesía del blog Distrito Star Wars):
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