martes, 10 de mayo de 2016

Star Brand. Un tomo especial II.

(Anteriores números AQUÍ).

La cuarta entrega de Star Brand, Lucha, nos muestra a un Ken convencido de que el arma, la marca de la estrella, se queda con él. Al inicio, repasa lo que ya sabemos, recordando el momento en que recibe la marca, pero ahora hay una variante y es que al volver al lugar donde el alien guardaba la nave no queda rastro alguno. Una duda más en el aire, una constante duda acerca de sus recuerdos.

Y no es lo único que le crea problemas. Más cerca, en su propia casa, reina la doblez, rompiéndose el corazón entre la liberal Debbie y la madura Barb. Mientras que la primera relación va viento en popa, sin preguntas ni limitaciones o prejuicios, la segunda se resiente. Ken no quiere dar el paso a un compromiso ni a un cambio de trabajo o ascenso que le permitiera ganar mas, Barb desearía que él se fuese a vivir con ella y sus dos hijos... y casarse, claro. ¿Ampliamos un poco el problema? Su amigo Myron le sigue recibiendo en casa pero ya como paciente.


Una de las cosas curiosas del capítulo es que se habla del Libro Azul, la recopilación y estudio oficial por parte del Gobierno USA respecto al fenómeno OVNI de hace años. Cuando Ken busca ayuda en las instituciones públicas se topa con un muro o de incomprensión o de silencio. No es el chico impulsivo de hace unas páginas y ahora va con cierta calma en su búsqueda. Aunque no obsta eso para que acabe plantándose en la verja de la Casa Blanca, preguntándose si vale la pena entrar y pedir audiencia directa con el presidente. Cambia la idea por tomarse una copichuela en un bar y ahí se da la típica escena de parloteo con el barman.

Así que se pone a pensar con quién hablar en serio y le sale Barb, que no está en casa. Espera que te espera, ella llega variaa horas después y no sola, precisamente. Lo dicho antes, relación tambaleante. De nuevo al paseo, vuelo en su caso, y Ken se encuentra en una curiosa situación. Ante la presencia de una mujer, la gente, él mismo, reacciona con miedo y deseos de huir. Así, de repente. La sigue y descubre que está con dos hombres en medio del bosque. Todos han escapado de una institución mental. Y aquí aparece otra curiosidad. La mujer le dice que sus capacidades mentales han aparecido hace poco, de la nada (¿el Evento Blanco?). Surge una confrontación que llega a lo físico, recibiendo una paliza que acaba en rabia y deseo de cambio. Puesta a punto en cuanto a concentración y ejercicio físico.

No todo van a ser problemas, ¿verdad? La quinta entrega, Pasando a la ofensiva, comienza con el cumple de Ken, el regalazo sexi de Debbie y el encuentro sorpresa de la familia... y Barb. Todavía no hay reconciliación entre ellos pero ya dan un paso para volver a estar juntos... en un futuro muuuuy próximo. Un par de paseos nocturnos van a llevar al hombre de la marca a un destino de relax, primero, y luego a un ajuste de cuentas con los que le esperan. Ya sabes, los que le pusieron un anuncio en el periódico y una chica en su camino. Pues resulta que va a por ellos, desarticula el comando de los USA y ataca a un ejército libio. Su deseo es que le dejen en paz.

Puesta una situación a punto va a por otra. Una parte es sencilla, dedicándose a recuperar a Barb. La otra es dura, pues comporta dejar a Debbie de lado, cosa que ella le suplica que no haga so pena de que no lo supere. Es la única vez que vemos llorar a pato en este volumen.


Y a por la sexta entrega, última de este tomo, donde vemos a Ken viviendo ya con Barb, eso sí, sin contarle aún nada de la marca. Debbie ha quedado de lado, lo que conlleva una llamada de ella desesperada por una quedada, por un rato de encuentro. Pero con Barb las cosas parecen ir bien y nivel de trabajo hay posibilidades de medrar, pasando de mecánico a vendedor. Posibilidad que queda en el aire. 

Lugar que sigue frecuentando Ken. Y parece que no es el único. ¿Quién aparece de repente, además de la olvidada pato? Cuac, el anciano. Aparición rauda para decirle que volverán a verse, que hay cosas que debe comunicarle. Y vaya si no se ven de nuevo, el anciano del brazo de Debbie, hipnotizada por él. El caso es que quiere que el arma que le entregó sea usada en un lugar lejano del espacio exterior, en una guerra que lleva décadas oponiendo fuerzas que no conocemos. 

Ken no está para salir de su nuevo hogar ni fiarse del anciano. Así que recupera a Deb y la aleja del lugar pero no pasa mucho antes de solucionar el problema con el anciano a base de tortas y descargas de energía, ascendiendo los dos hasta el espacio exterior... y quedando nuestro rubiales perdido en su inmensidad. Final agobiante de aventura...

Y yo ya nada más sé porque ningún otro cómic encontré. Habrá que echar un ojo a la biblioteca o a amigos, jeje. Valer vale la pena seguirle la pista. En el momento en que dejo la lectura sé que hay más números y que el equipo de guion y dibujado cambia. Atrás quedan otros héroes que no conocerán más que oscuridad o algunas apariciones en colecciones del Nuevo Universo que sí sobrevivieron. La marca de la estrella supo de más aventuras y de vez en cuando volvió a las viñetas, incluso en nuestro siglo.
 

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