sábado, 7 de noviembre de 2015

'El francotirador', dirigida por Carlos Puerto, 1977

 
La verdad es que investigar una película, saber algo de quienes la pergeñaron y llevaron a buen término y saber qué fue de ella, es algo precioso. Lleva tiempo pero es precioso. Y sorprende conocer o reconocer a algunas de estas personas en otros escenarios, quizás en alguno de los que pudiste ver a lo largo de tu infancia y juventud.

Aquí ya sabes que no me meto en muchos líos. Escribo casi como al calor de una conversación con un amigo, con cuatro datos y generalidades, sin meterme ni con los nombres de los personajes. Y no es por falta de investigación. Lo que pasa es que lleva un tiempo considerable y yo me veo más como transmisor de cuatro cosas que como analista y, mucho menos, crítico. De ahí que esto sea un suave repaso y compartir de películas, libros y curiosidades personales.

Curioso me pareció el papel de Paul Naschy en este largometraje: el de un relojero que planea un atentado contra el Generalísimo. Pues sí, nuestro Molina hizo más papeles que referidos al terror y la fantasía. Y no en todos se ocupó de dirigir o del guion. 

Aquí es actor y participó en la redacción del guion junto a Juan José Porto y Carlos Puerto. Juan José pidió a Carlos que adaptase su novela 'No he muerto todavía'. No hay referencias a este hecho en los créditos y el mismo Carlos Puerto lo reconoce, además de aclarar que la novela es distinta del largometraje, aunque contuvo el germen del mismo. Lo que sí he visto es que otra novela suya, Tiempo sin Ángela, aparece en la película: en una escena en la casa de lenocinio, una prostituta la está leyendo. Una curiosidad es que este hombre fue novelista y guionista, sin ir más lejos, de Los mundos de Yupi. 

Si nos vamos a la joven protagonista femenina, una prostituta que enamora al relojero, encarnado por Naschy, tendremos que hacer memoria para localizarla en la edición de principios de los 70 del Un, Dos, Tres... responda otra vez, en la película de Ossorio, El buque maldito, y trabajando con Naschy en El caminante y Los cántabros. Se trata de la bella Blanca Estrada. En la película es una chica que entabla relación con el relojero preguntándole, simplemente, la hora, en un local. A continuación, pasarán la noche juntos, sin sexo, mostrando el vacío del hombre y la candidez de la chica.

El amor surge y se descubre en esperanzas tan ingenuas, para nosotros, como la de poder ver juntos el mar por primera vez. Pero la obsesión del protagonista será una condición a cumplir antes de otra cosa. Algo que ni el amor ni la entrega ni las súplicas de la chica podrá obstaculizar. Esta relación supone toda una serie de momentos bellos y calmos entre los dos, sacando a la luz la posibilidad de redención a través del amor. Un amor no buscado y que ha surgido por el trato cotidiano y los respectivos vacíos y anhelos.

Por poner a otra actriz que aparece aquí y en series actuales, tenemos a María de los Ángeles Lamuño. En los últimos años ha participado en El comisario y Aquí no hay quien viva; también ha pasado por programas de televisión, radio y teatro.

 
La época en la que se filma es convulsa, pues han pasado dos años de la muerte de Franco y, de hecho, tanto el director como el protagonista, declararon recibir amenazas por una película en la que el objectivo es matar al dictador. Incluso la censura mete su inmisericorde tijera: el título original era 'Matar a Franco'. Hubo que cambiarlo.

¿Y qué es lo que tenemos ante los ojos? Pues las peripecias de un relojero viudo que pierde a su pequeña en un atentado que iba dirigido a un político. Siendo también molestado por la Benemérita, ya que está en una zona cercana a la que está Franco pescando, le pilla ojeriza a don Francisco y su idea es la de matarlo. Para ello, viaja a Madrid, toma notas, cronometra sus paseos y busca salidas y lugares propicios para llevar adelante el asesinato. Hospedado en una pensión, entrará en contacto con una organización terrorista que le pide algo a lo que él tardará en acceder: que atente contra Franco pero que les deje a ellos aparecer como los autores del magnicidio. Desde el principio deja claro que su motivación es personal y no política, pero llegará un momento en que, presionado y amenazado, llevará adelante el plan que le han propuesto. Ellos, a cambio, le proveen de dinero, pasaportes y un arma mejor que la que portaba (¿una Astra 400?). 

En medio, su historia de amor y su recuperada sonrisa, aflorando en una esperanza de vida nueva. La historia sigue, pues el tiempo corre, y el día señalado, en un estadio (¿El santiago Bernabeu?), se oculta para disparar al dictador. En la salida, tras escapar de la policía que le busca, descubre un coche con explosivos que la organización terrorista ha colocado allí como segundo atentado, por si el primero fallase. Pero coincide con la llegada de un autobús de niños y se debate entre el huir con su amada o proteger la vida de los infantes.

 
Imágenes del No-Do usadas para la película. La de los primáticos, siguiendo la pista al dictador. La de la mira, en los minutos finales, cuando le tiene a tiro.
 

Varias veces aparecerá la fecha y hora en que se encuentra el protagonista. También, él porta un cronómetro que usa en multitud de ocasiones, midiendo los trayectos que recorre, apuntando los tiempos para elegir los mejores caminos de ida y vuelta para el atentado. En contadas ocasiones, un reloj es el centro de la escena, aún tratándose de un elemento menor aparente del momento. Esto, tras la decisión de la muerte de Franco y su viaje a Madrid para conseguirlo, porque al inicio de la película ya le vemos en pleno trajín, laborando en su relojería. 

Un personajillo curioso es el fotógrafo que le proveerá de la foto y los pasaportes, hombre que le ofrecerá una selección de fotos de chicas por si desea otros servicios que él le ofrece a buenos precios. En su estudio, tanto te sacas la foto para el carné como ves posar a varias chicas desnudas, como te encuentras a terroristas conspirando contra el poder.

                                                    (Fotógrafo): 
                    Vamos a ver, guapas, ¡hay que poner más alma en estas fotografías! No solo es sexo.

Siguiendo con el tema de la imagen, la película fue rodada en Madrid y El Escorial, con imágenes de Franco cedidas por el No-Do. En ellas, el Generalísimo pesca, acude a un desfile militar o saluda a la población. Y podemos ver cerca al que sería el Rey Juan Carlos I y, si no me equivoco en una imagen, a su esposa.


Y va tocando dejar los enlaces, que hoy consisten en una entrevista con el director, una crítica cinematográfica y un trozo de la novela El tiempo sin Ángela, del mismo Puerto.

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